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Este estudio fue motivado por el hecho de que el sistema de drenaje de la capital del país ha estado a punto de colapsar debido a las intensas lluvias.
“El alcantarillado en Bogotá es combinado, es decir, no hay recolectores independientes de aguas lluvia y residuales, pues estas se encuentran en la misma tubería. Las descargas en ambas situaciones generan estos problemas”, explicó el encargado de desarrollar la investigación, Eduardo Alfonso León.
Según los reportes de la Secretaría Distrital de Ambiente en Bogotá cuenta con 32.000 metros cuadrados de cubiertas verdes y 1.100 metros cuadrados de jardines verticales, aproximadamente.
Según el investigador, con el estudio se observó y comparó qué tanto pueden servir estas herramientas para el drenaje, considerando también la vegetación y el sustrato a aplicar.
“El ejercicio consistió en comparar las cubiertas verdes con las de policarbonato, bajo lluvia normal. Así, se verificó la cantidad de agua que salía de los techos”, afirmó León.
El análisis estadístico realizado determinó que existen capacidades satisfactorias de almacenamiento, retención y retardo del agua dependiendo del porcentaje de inclinación de las cubiertas.
Por ejemplo, para cubiertas con pendientes de 2% de inclinación, se reportó un promedio de 75% de capacidad de atenuación máxima de agua en cubiertas intensivas, y 64 % en extensivas, mientras que las cubiertas con inclinación de 5% registraron promedios de 72% de reducción del caudal.