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Como dice doña Astrid Medina: la calidad sí paga

martes, 24 de marzo de 2015
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Profesor Yarumo

Fue en esa ciudad donde doña Astrid Medina Pereira, caficultora del corregimiento de Gaitania, municipio de Planadas, en el Tolima, se convirtió en la ganadora de la versión número 13 de la Taza Excelencia, competencia de gran importancia y alcance a nivel internacional. 

Fue una ceremonia llena de nervios y ansiedad, pero en el corazón de los cafeteros había mucha tranquilidad, porque todos habían puesto empeño, y dedicación. Todos habían dejado el sudor de la frente en sus granos de café, por el compromiso que tienen con la calidad del café de Colombia. 

Doña Astrid fue muy reiterativa en que se sentía feliz por representar la familia cafetera y que, al igual que todos los productores, ella está trabajando cada día por presentar al mundo un grano de alta calidad. Agradeció a Dios, a su familia, al servicio se extensión y en general a toda la institucionalidad cafetera y de manara muy especial a su familia y a sus vecinos; y es que les cuento que de los 10 lotes que se presentaron al concurso del corregimiento de Gaitania, nueve quedaron entre los finalistas, lo que ratifica que allí se produce café de muy alta calidad. 

Así lo reconocieron los jurados internacionales quienes participaron del concurso y que como me lo dijeron, se fueron más enamorados de Colombia y de su gente. 

Doña Astrid es el ejemplo de que la calidad sí paga y que en la vida nos tenemos que arriesgar, participar y también ganar.

Pero como dice el dicho, esto no es gratis, es el resultado de el compromiso de ella y su familia, de sus vecinos, de la investigación de Cenicafé que divulgamos los extensionistas, de las cooperativas del caficultores y del muy valorado e importante, trabajo en equipo. 

Es fundamental asesorarnos y conocer todos los factores que interactúan en nuestra región (temperatura, precipitación, suelos, etc.), para así conocer exactamente las buenas prácticas en el beneficio del café y seguir produciendo una bebida mágica que lleva felicidad al mundo.

También hay que reconocer que los países piden más cosecha de Colombia, pero que hay países que quieren tener una caficultura como la nuestra, consolidada, que muestra resultados, que beneficia a las familias cafeteras y al desarrollo económico de las regiones, pero que esto nos pone en alerta, pues cada día debemos tener más compromiso con la producción con calidad sostenible.

Lo mejor de todo, es que no solo era doña Astrid la única persona que estaba feliz, en ese momento se sentía pasión y amor por el café, orgullo cafetero y campesino, orgullo colombiano, pues los 59 finalistas estuvieron muy participativos y algunos me decían cosas como: “Profe, esta vez no fue pero seguiremos participando con miras a ganar” y, sobre todo, porque 31 lotes participarán de la subasta electrónica el próximo 23 de abril, generando más valor agregado para las familias ganadoras. 

El precio por libra de café en Colombia en este concurso ha superado los 45 dólares la libra, y ahora esperemos que doña Astrid y sus colegas reciban más, más bienestar, más futuro.

La calidad sí paga, porque la calidad y diferenciación son un elemento de competitividad, de ser diferente en un mercado complejo como es el del café. Al igual que doña Astrid, cualquier familia cafetera puede participar y ganar porque el compromiso es cada vez mayor. Y no se les olvide, a tomar café de Colombia que es el mejor del mundo. Hasta la próxima.

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