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Cinco claves para manejar arvenses

miércoles, 26 de marzo de 2014
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Teresita Celis

Por años se han llamado malezas o malas hierbas. Son plantas que crecen de manera espontánea, silvestres, especies indeseables,  muchas de ellas agresivas que suelen competirle a los cultivos principales. Conviven con los suelos y la agricultura tradicional se ha empeñado en erradicarlas. Pero los nuevos conceptos de sostenibilidad en el campo rescatan el valor y el beneficio de las  ‘mal llamadas malezas’ dicen muchos, como coberturas de los suelos.

Estas son las malezas nobles o arvenses como prefieren expertos llamar a estas especies vegetales que las catalogan como vitales para proteger  y conservar los suelos del impacto de las gotas de lluvia, que generan erosión, y de una exposición directa a los rayos del sol. Otros conceptos señalan que las arvenses ayudan a mantener vivo el suelo al proporcionarle los elementos que requiere para mantener los nutrientes. 

“A las arvenses hay que hacerles un manejo que  permita hacer control para que no causen daños a los cultivos principales en el caso de las más agresivas,  sin pensar que las vamos a exterminar. Los cultivos solos no van a garantizar una protección adecuada al suelo, por ello se necesita otro tipo de vegetación y las arvenses cumplen ahí un papel fundamental”, señala el profesor de la Universidad de Santa Rosa de Cabal (Unisarc), Hernán Giraldo. El profesional entregó cinco recomendaciones para hacer un manejo integral y de selección de las malezas nobles o como ya las llaman algunos las ‘buenezas’, para proteger los suelos sobre todo en regiones del trópico, y al mismo tiempo permitir que tengan una sana convivencia con las siembras principales sin que causen a estas daños. 

1. Policultivos  
Es tener en el área varias siembras que compartan espacios, mejor si tienen diversas formas de crecimiento entre ellas los árboles. “Esto quita espacio y posibilidades a que las arvenses reciban luz, entonces no tienen condiciones para que se establezcan, se reproduzcan y crezcan. Así se pueden controlar sin erradicarlas”, dijo.

2. Selección de semillas de cultivos principales 
Deben ser de buena calidad que crezcan y germinen rápido. Se debe tener cuidado que no estén contaminadas con semillas de malezas porque al cultivarlas entran a competir.

3. Sembrar en época de lluvia 
Si se siembran semillas en una época seca, las arvenses encuentran allí un aspecto favorable porque están mejor preparadas para germinar y propagarse.

4. Buena nutrición en plantas 
Una buena nutrición en los cultivos permite un desarrollo rápido de las plantas y puede aprovechar mejor los recursos como luz y agua. Pero sin los debidos nutrientes, las arvenses cogen ventaja crecen más rápido y empiezan a competirle.

5. Aprovechar espacios 
Se recomienda en el área del cultivo sembrar especies que sirvan para cubrir el suelo y abonarlo como son algunas gramíneas o leguminosas. 

La opinión

Hernán Giraldo
Profesor Universidad de Santa Rosa de Cabal
“A las arvenses hay que hacerles un manejo integral y seleccionarlas a través de prácticas culturales, pero no se deben erradicar”.

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