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A la lista de 21 productos colombianos con denominación de origen a los que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) les concedió el registro, se sumarían en los próximos años el bocadillo veleño y el cacao de Santander, pues los agricultores han emprendido una carrera por ganar valor agregado a través de la certificación de las particularidades de su proceso de producción.
La denominación de origen es la indicación de un lugar geográfico, donde se da un producto que por ser originario del sitio y por las costumbres de producción, goza de una reputación que lo diferencia de otros semejantes provenientes de otra geografía.
Para solicitarla los productores deben presentar ante la SIC una documentación que contenga el formulario único de registro de signos distintivos y la zona geográfica delimitada.
El producto con más posibilidades de recibir la distinción es el bocadillo veleño, derivado de la guayaba que se cultiva en Vélez (Santander) y se envuelve en hoja de bijao (plátano) por tradición.
Guillermo Castillo, secretario del sector guayaba de Asohofrucol, destaca que se trata de una iniciativa con el gobierno suizo que inició en 2012. Los cálculos del gremio indican que el otro año se terminaría la propuesta para presentarla a la SIC. “Son dos documentos: un pliego de condiciones donde se especifica por qué se solicita y quiénes serán los actores involucrados y un diagrama de la estructura organizacional que administrará esa denominación”, dice.
En ese esfuerzo los promotores han recurrido a contratar chefs expertos que elaboren un perfil del producto para protegerse así de las imitaciones.
La Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) trabaja en los departamentos de Arauca, Santander y Cundinamarca para lograr que se reconozca la calidad y distinción de aroma y sabor del grano. “Lo tomamos como piloto porque hay un interés por parte de las gobernaciones”, cuenta Fernando Moreno, gerente técnico del gremio. Sin embargo, se están realizando los estudios sociales y jurídicos, y hasta dentro de cinco años no se tendría la denominación. Por ahora, el producto está incluido en Marca Colombia.
En el caso del café ya se cuenta con cinco denominaciones de origen: Café de Colombia, Café de Cauca, Café de Huila, Café de Nariño y Café de Santander, un proceso que comenzó en 2005 y que obtuvo su más reciente reconocimiento hace tres semanas.
Ahora trabajan en lograr lo mismo con otras variedades. “Nos enfocamos mucho en la Sierra Nevada de Santa Marta, Tolima y el propio paisaje cafetero, arrancando por Caldas”, contó Luis Samper, gerente de comunicaciones y mercadeo de la Federación Nacional de Cafeteros.
Pero las denominaciones de origen no solo dan valor agregado, también son promotoras de turismo pues detrás de todo producto patrimonial hay una historia que quiere ser contada.
La Opinión
Fernando Moreno
Gerente técnico de Fedecacao
“Trabajamos en los departamentos de Arauca, Santander y Cundinamarca para lograr que se reconozca la calidad y distinción de aroma y sabor del cacao”.
