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Analistas 11/08/2017

India vibrante

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor
La República Más

Quien conoce la India y la espiritualidad de su gente, tiene la oportunidad de conocer otra visión del mundo.

País desconocido y casi irreal para la gran mayoría de los occidentales. Su cultura milenaria gravita en medio de grandes contrastes: opulencia y pobreza extrema, sitios que hacen brillar los ojos por su belleza y llorar por tanta miseria, colores y olores que mueven en todo momento los sentimientos de los visitantes.

¿Y qué decir de la convivencia de centenares de creencias religiosas, y del poder interior y el misticismo de sus gentes?

Con un grupo de amigos viajeros, escogimos este destino. Después de dos días de viaje, horas interminables de vuelo, nuestra aventura nos llevó a descubrir el denominado Triángulo de Oro, conformado por Delhi, Agra y Jaipur, una zona con invaluable patrimonio arquitectónico, histórico y artístico, tanto así, que varias de sus construcciones han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

También conocimos otra docena de ciudades y poblados. Visitamos templos escondidos y más palacios, y uno de los puertos marítimo y fluvial más grande de Asia: Bombay o Mumbai, la capital industrial y la puerta occidental de la India, a orillas del Río Ganges, sagrado para los hindús.

¡Lo máximo! El Taj Mahal, una joya arquitectónica y monumental, es en realidad la ofrenda de amor tan sublime como perfecta, que le dio un marajá a su amada muerta. Construido a mediados del siglo XVI, se considera con toda razón una de las siete maravillas del mundo moderno.

La India tiene maravillosos fuertes, castillos que evocan sultanes, y que hoy son palacios donde residen los nobles o marajás, algunos de ellos convertidos en hoteles de lujo; templos enigmáticos, mausoleos maravillosos, mezquitas; en medio de vestigios arqueológicos que prueban el esplendor de la antigua cultura de La India, gran parte de ella vigente hoy.

Conocer cifras, algunas increíbles y todas descomunales, además de colocar en contexto a la India, también desata sentimientos.

Este inmenso país cuenta con cerca de 1.300 millones de habitantes, más que toda América o toda Europa. En una década se proyecta como el país más poblado del mundo, superando a China. Su vecino al noroeste es Pakistán, con más de 200 millones de habitantes y de mayoría musulmán, hizo parte de India hasta 1947, cuando Gandhi, mediante su liderazgo de no violencia activa, consolidó la independencia del Imperio Británico e inició su renacer como naciones. Hoy la India es la séptima economía del mundo.

La mayoría de la población de la India es rural. No obstante, sus principales aglomeraciones urbanas Delhi y Mumbai superan cada una los 22 millones de habitantes; ciudades que disputan ser las más sucias del mundo en sus calles, pero con gentes entre las más limpias y con las más pulcras cocinas.

La religiosidad del pueblo indio es impactante, la religión Hinduista hace mayoría con más del 70% de la población, el Islam lo practican cerca del 20% de los Indios, la población restante es Cristiana, Budista o pertenece a creencias religiosas sorprendentes, como los Sij.

Tener contacto con una de las civilizaciones más antiguas del mundo es un privilegio, ya sea con la cotidianidad, o con el milenario Yoga, comprendiendo así la vida de pureza espiritual de este país. Por ello, La India es considerada hoy como uno de los destinos más atractivos del mundo, donde los sentimientos vibran.

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