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Analistas 25/08/2017

Futuro sostenible

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

En Colombia la construcción sostenible ha tenido un crecimiento significativo en los últimos años y se puede esperar que lo siga teniendo, considerando la popularidad del movimiento ambiental. Una prueba de ello es el aumento de proyectos inmobiliarios que aspiran a cumplir los más altos estándares en la materia, como son los exigidos por Leed (Leadership in Energy and Environmental Design), siendo este el proceso de certificación de construcción sostenible más importante en el mundo, con más edificios y profesionales certificados.

Según datos de abril de 2017 del GBC (Green Building Council), Colombia ha alcanzado en poco tiempo, un sorpresivo puesto 14 en el ranking mundial, con 184 proyectos inscritos (84 certificados y 100 en proceso de certificación). En este puesto Colombia está por encima de países como Perú y Argentina que ocupan los puestos 23 y 26 respectivamente, y por debajo en América Latina de líderes en la materia como Brasil, México y Chile, los cuales ocupan los puestos 4, 7 y 10 respectivamente. El ranking lo encabeza Estados Unidos con cerca de 65.000 edificaciones, le sigue China con 2.000, Emiratos Árabes Unidos con 819 y Brasil con 709.

Los proyectos colombianos registrados se distribuyen 83 en Bogotá, 27 en Medellín, 14 en Cartagena, 5 en Barranquilla, 4 en Chía, 3 en Bucaramanga y el restante en otras ciudades. Son ejemplo y orgullo, el Edificio Inteligente de Bancolombia en Medellín y otros pocos que tienen el nivel más alto de certificación denominado Platinum, ubicados en Bogotá y Medellín, que se han convertido en hitos arquitectónicos y urbanísticos del país.

Ahora bien, obtener una certificación de esta categoría, significa además de un esfuerzo económico y técnico, un cambio de pensamiento empresarial y de exigencia de los usuarios, como ocurre en Estados Unidos, lo que se compensa con creces para los ocupantes de las edificaciones, por cuanto que, además de su construcción haberse adelantado respetando el medio ambiente, ahorra servicios públicos domiciliarios y mejora la calidad de vida dentro del edificio y en su entorno. En Colombia ya existe una normatividad que apoya esta tendencia mundial.

En suma, las edificaciones sostenibles, reducen sus costos operativos, incrementan el valor de la propiedad, reducen el consumo de agua y energía, son espacios más sanos y seguros para sus ocupantes y reducen la emisión de gases dañinos, entre otros beneficios. En materia multifamiliar, lograr este nivel de exigencia es un reto que en Colombia muy pocas construcciones han alcanzado.

Así las cosas, el presente de la construcción sostenible es muy positivo, pero atribuirle el éxito únicamente a las empresas privadas que promocionan los proyectos adscritos a Leed sería dejar a un lado a los que inicialmente hicieron posible que este mercado se consolidara. Entidades como el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (Cccs) han tenido una participación protagónica en el desarrollo y la innovación en el sector. Estas entidades estructuraron un nuevo camino para la construcción en Colombia, que nos permitirá tener un ambiente más sano, ciudades más incluyentes, un país más responsable con sus recursos sociales y naturales y mejor preparado en materia de adaptación al cambio climático.

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