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Analistas 02/03/2018

Retos de la agricultura colombiana

Roberto Junguito
Exministro

Sin duda, uno de los temas de mayor importancia en el debate presidencial que se avecina es el de las políticas que se deben adoptar para que el sector agropecuario realmente se convierta en un sector líder de la economía colombiana, como lo han planteado hacer los gobiernos pasados, sin mayor éxito, en los sucesivos planes de desarrollo económico y social del país desde los años sesenta. Fue precisamente a mediados de los sesenta que el entonces recién graduado economista de la Universidad de Yale y profesor Albert Berry llegó a Colombia, se interesó en la agricultura colombiana y escribió la obra titulada El Desarrollo del Sector Agrícola Colombiano hasta los Años Sesenta, cuya publicación quedó pendiente y adelantó solo ahora la Universidad del Rosario, junto con su nuevo libro Avance y Fracaso en el agro Colombiano, Siglos XX y XXI, donde actualiza su visión de lo sucedido en las décadas más recientes y en el cual plantea los retos futuros de la economía colombiana.

En su nuevo libro, como en el primero, uno de los temas que se resalta es la estructura agraria en Colombia, con énfasis y preocupación en torno a la gran concentración de la propiedad rural en nuestro país. Llama particularmente la atención el tema de la distribución de la tierra por tamaño de la propiedad según los censos agropecuarios de 1960, 1970, 2014, en los que se verifica que muy poco ha cambiado. En 2014, el 0,4% de las unidades productivas de mayor tamaño ocupaban el 41% del área bajo uso agropecuario, en tanto que en 1960 el 0,5% ocupaba el 40,4%. Otro de los temas sobre los cuales resalta de manera particular el autor es el desempeño de la agricultura familiar. Señala que esta presenta ventajas en términos de mayores rendimientos por hectárea y se desarrolla con tecnologías que favorecen el uso de mano de obra. Además, resalta Berry que las pequeñas propiedades se especializan en la producción de alimentos, y crítica que en Colombia a la agricultura familiar se le ha dado menos apoyo que a la agricultura comercial.

Un tercer tema sobre el cual el estudio hace un gran énfasis es en lo relacionado con el desempeño de la agricultura en términos de los indicadores sociales. Se reconoce que la pobreza en el campo ha disminuido en particular en lo que se denomina pobreza multidimensional, o sea la que toma en cuenta no solo el aspecto del ingreso monetario sino también los el mejoramiento en el acceso a los servicios sociales como la educación y la salud, aunque reconoce que aún hay mucho espacio de mejora.

En el libro también se trata lo relativo a la política sectorial agropecuaria y la estructura institucional para el desarrollo de la agricultura colombiana. En cierto sentido, en su libro refleja que la institucionalidad del sector agropecuario se ha debilitado e indica que una de las grandes fallas en Colombia ha sido el abandono de los programas de desarrollo rural integrado DRI de los años setenta y que la política agropecuaria, como se comentó, ha favorecido de manera casi desmedida a la agricultura comercial frente a la agricultura campesina familiar. En fin, los libros del profesor Albert Berry, que acaba de editar la Universidad del Rosario, son una contribución de fondo al análisis de la política agropecuaria colombiana y los retos futuros que merecen estudio por parte de los equipos económicos de los candidatos a la Presidencia de la República.

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