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Conocer la importancia de la estructura del virus, del genoma humano, del aporte de los rayos X para el diagnóstico, del acompañamiento digno en los últimos días, particularmente a los más vulnerables, son adelantos de la mayor trascendencia para la humanidad y los tenemos a la mano gracias a las mujeres. Rosalind Franklin, Marie Curie, ganadora de dos premios Nobel de física y química, y la Madre Teresa de Calcuta.
Cuarenta y nueve premios Nobel han ganado las mujeres, pese a la cantidad de restricciones, censuras, oscurantismos, sistemas excluyentes y abusivos.
En esta misma línea, cabe destacar el papel, igualmente importante, de aquellas mujeres a quienes siempre les tendremos especial admiración como Juana de Arco, Indira Gandhi, Eleanor Roosevelt, Margaret Tatcher, Angela Merkel y la misma Isabel II. Así mismo, debemos hacer conciencia de que el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, el Banco Santander, IBM, GM, Lockheed Marín aeroespacial, UnitedHealth Group, Oracle, Accenture, GlaxoSmithKline, Faceebook, Alphabeth, Walmart International o JP Morgan, son algunas de las corporaciones mundiales cuyo éxito ha sido gracias a sus presidencias o vicepresidencias lideradas por mujeres.
En el caso de Colombia, también las mujeres determinaron nuestra historia. Desde Manuela Beltrán y María Cano; hasta aquellas mujeres que generaron procesos culturales como Debora Arango y Maripaz Jaramillo; pasando por aquellas que transformaron la sociedad a través de la música, como Leonor González Mina, Esther Forero o Martha Senn; sin olvidar a las grandes gestoras de la cultura como Fanny Mikey, Elvira Cuervo o Gloria Zea, o a las que hicieron y hacen historia a través del periodismo serio con Soledad Acosta de Samper, Ana María Busquets de Cano, Gloria Valencia de Castaño.
En el ámbito empresarial las mujeres también hacen la diferencia y dejan un legado importante, en la historia moderna con Silvia Tcherassi, Beatriz Fernández de Crepes y Wafles, o las presidentas de las grandes empresas del sector de Petróleo y Gas: Sylvia Escovar, Marcela Vaca, Ana María Duque y María Victoria Riaño, sin olvidar a Mónica de Greiff, Patricia Martínez Barrios y Martha Lucia Ramírez, quienes además de su alto desempeño en el sector privado, han sido altamente exitosas en el sector público. Para terminar esta pequeña lista, debo mencionar las grandes embajadoras de Colombia, que, más allá de sus destrezas y talentos particulares, son ejemplo de valentía, disciplina y compromiso con nuestro país. Ejemplos de ello son Katherine Ibargüen, Mariana Pajón, Chechi Baena, Sofía Vergara, Shakira Mebarak, entre otras grandes.
Hoy, el Gobierno está trabajando en planes de igualdad que supongan un reconocimiento de la mujer a través de los pactos de equidad. También está impulsando un proyecto de empleo de la mujer y formalización de tierras; procesos que, sin lugar a dudas, tienen la capacidad de fortalecer familias y transformar entornos. Ya sea desde el sector público, privado o desde las organizaciones de la sociedad civil, todos deberíamos sumamos a estas iniciativas y contribuir dentro de nuestras posibilidades. Necesitamos tener cada vez más mujeres empoderadas, de las más altas calidades humanas, personales, familiares y profesionales. Son pocos los ejemplos que alcancé a reseñar, pues todos tenemos alguna mujer que quisiéramos exponer como claro ejemplo de vida que mantiene vivos los principios, valores y familias. Pero sobre todo, como ejemplos a seguir dentro de una sociedad que cada vez está más amenazada por quienes viven de la violencia y la ausencia de principios.
Que nunca se nos olvide que sí tenemos referentes de lucha, sacrificio y cuidado; que nunca se nos olvide que sí tenemos una deuda grande con nuestras mujeres; que siempre tengamos presente que nuestras mujeres (madres, hermanas, hijas, amigas, colegas) aún ganan menos y trabajan más.
