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Analistas 22/07/2023

Un embrujo llamado Barbie

Con toda esta conmoción o revuelo causado por el estreno de la película, Barbie, protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling, no puedo evitar llenarme de mis recuerdos de la infancia. Regresé a la casa donde crecí, a mi habitación llena de peluches, a mi cama, a momentos en los que invitaba a amigas a jugar con muñecas, a pintar, a jugar escondrijos, a mi infancia, a mi inocencia.

Creo que ese es el éxito de la película. ¿Qué niña no tuvo una Barbie? La nostalgia que causa en quienes jugamos con las mil y una muñecas Barbie, que hicimos comprar a nuestros padres. ¡Es realmente nuestra película! ¿Qué niña no le hizo pataleta a los papás para que le compraran la nueva muñeca? Estoy segura que no fui la única.

Ahora el rosado está más de moda que nunca, el mundo parece olvidar por un momento las noticias cotidianas, la tediosa rutina, para meterse en el mundo de las muñecas, lleno de colores. Hace mucho tiempo no tenía tantas amigas invitándome al plan de cine al mismo tiempo. La pregunta en el chat es recurrente: “¿qué día vamos a ver Barbie, pero con el outfit completo? Es decir, vestirnos de rosa, una tendencia fashion que va a teñir pink lo que resta del año.

Munir Falah, el gerente de CineColombia, dijo que “gracias a la cartelera actual, y particularmente a los estrenos de “Barbie” y “Oppenheimer”, se estima que será el día de mayor asistencia postpandemia en Colombia, por encima de los 500.000 asistentes”. ¡Medio millón de personas en las salas de cine! Eso no se veía hace años y es un buen momento para la economía del consumo, que no hay que caer en el comentario típico de desvirtuar esta tendencia. No todo debe caer en las críticas a todo. Es solo el lanzamiento de una película icónica para todo el mundo, pero con acento muy femenino.

Aún no la he visto, pero tengo la sensación de que será todo, menos una película superficial. Dicen quienes corrieron el jueves a su estreno que es profunda, te pone en perspectiva y te hace reflexionar sobre el consumo, la cosificación y ese mundo rosa. Además tengo el especial interés de escuchar en sala de cine de centro comercial su banda sonora; un soundtrack impecable: Dua Lipa, Karol G, Sam Smith y Billie Eilish. No hay mejor plan, así lluevan críticas suficientes o simplonas.

De este tipo de situaciones y lanzamientos necesita el consumo para crecer más y que mueven la economía urbana. Los pasados junio y julio fueron los meses, de los últimos años, de mayor venta de la vieja muñeca Barbie, que nació en marzo de 1959. Todo un icono de casi 70 años que sigue vigente. En los centros comerciales hay marcas vendiendo mercancía rosada, cadenas de helados, maquillaje de colores, entre otras ideas que buscan pegarse a este fiebre rosa.

Las marcas saben que cuando hay “fiebre” por alguna tendencia, deben reaccionar rápido para poder beneficiarse del actual “Barbie fever”; a mi me encanta lo que despierta este tipo de situaciones en el comercio, pero más entre los más jóvenes que sienten que el planeta realmente se mueve, que no para de generar coyunturas para poder sentir que estamos vivos. Por ahora, solo les prometo que iré con amigos, vestidos de rosa, a cualquier sala de cine para poder verla; ya vendrá una crítica si es necesaria, pero eso dejémoslo a los cinéfilos.

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