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Las medidas arancelarias de Trump se aplican a solo 4,8% de las compras de mercado en Estados Unidos. Tienen más efectos políticos internos y externos que afectaciones estructurales en la economía. El mundo que tiene Trump en su cabeza parece que no se ha actualizado en las cuatro últimas décadas. Estamos en un mundo distinto. Hoy la manufactura es solo 10% del producto interno bruto de los Estados Unidos. Los datos se pueden revisar en detalle en este link: https://apps.bea.gov/industry/Release/XLS/GDPxInd/ValueAdded.xlsx
El PIB per cápita norteamericano era de US$23.900 en 1990, el europeo de US$28.500. En 2023, Estados Unidos pasó a tener US$65.900 y Europa US$34.600. El gran salto de Norteamérica y el estancamiento de Europa es el hecho geopolítico más ignorado, pero más trascendental de las últimas décadas, y es lo que está permitiendo a Trump ser el matón global con base en esa realidad económica a la vez que se presenta como el salvador de una América que quiere ser grande de nuevo cuando nunca en la historia fue tan grande. La política parece ser el arte de manejar la ignorancia y manipular a los ignorantes.
La economía norteamericana se trasformó a una de conocimiento y servicios gracias a que pudo encontrar quién le hiciera los productos simples que requería a buen precio en el resto del mundo y lograr que su gente construyera el mundo en que hoy vivimos, basado en telecomunicaciones, protocolo TCP/IP, computación en la nube, plataformas logísticas globales, entretenimiento online global. 70% de la población global está online mientras usted lee esta columna. Ese mundo lo construyeron los emprendedores e innovadores de Estados Unidos en los pasados 40 años, ocupados en mejores cosas que en ensamblar carros.
La manufactura en Estados Unidos pasó de ser 17% en los 90 a 10% del PIB hoy. Los productos manufacturados son 27,7% de las compras brutas de empresas y consumidores, pero solo una sexta parte de esto se paga al exterior. Lo que importan se duplica de valor en la cadena de producción y servicios. Es decir, compran barato y venden internamente caro, es el margen de las marcas, del conocimiento y de la distribución.
EE.UU. se trasformó por la libertad de tránsito de mercancías, solo son un bajo porcentaje de su consumo. La transformación a servicios de alto valor se da por la liberación de capacidades que puedan ocuparse en las nuevas actividades. Los aranceles dejan poblaciones atrapadas en trabajos de bajo valor, perpetúan la pobreza. El mercado global le permitió a EE.UU. concentrarse en generar valor, conocimiento y confianza.
Pero Trump en su mundo obsoleto, con votantes bastante primitivos, no se ha percatado de esto. El gran beneficiado por la globalización ha sido Estados Unidos, a la vez que también ha generado un beneficio monumental al mundo. China se trasformó de una peligrosa y letal dictadura a un país de mercado abierto y en esto no tiene vuelta atrás. Igual ocurrió con decenas de países que ahora viven de un mundo globalizado. Lo que haría Trump si esto sirviera, sería devolver al agro y a las plantas industriales a la población. Pero eso simplemente no va a pasar. Estados Unidos seguirá su marcha y Trump quedará como un mal recuerdo para no repetir.
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