Cero petróleo, cero ‘celus’, cero Pacto

Hace unos años en una consultoría internacional para República Dominicana, la pregunta a resolver era cómo obtener de manera sostenible US$7.000 millones anuales que costaban sus importaciones, imprescindibles todas ellas: combustibles, equipos electrónicos, computadores, medicamentos, entre otras. Su actividad principal, el turismo, y en la que era una de las experiencias más exitosas a nivel global no superaba los US$3.500 millones anuales de ingreso y ya no mostraba muchas posibilidades de crecimiento.

La pregunta clave para cualquier país tiene que ser esta, ¿Cómo voy a obtener los dólares que necesito para vivir? Este Gobierno decidió arrancar al revés y manifestó que no le interesaban los ingresos de petróleo y carbón. El mundo se le ha venido encima. Cero petróleo y carbón implica que no habrá recurso suficiente ni para los celulares, ni para los computadores, ni para los medicamentos, ni para los alimentos importados, ni para las materias primas.

El país importa hoy del orden de los US$48.511 millones a agosto de 2022 (Dane, 2022). El año anterior exportamos US$41.390 millones e importamos US$56.549 millones (FOB). El 82,5% son bienes de mediana y alta tecnología y materias primas e insumos que requiere la economía y la sociedad para su vida y operación cotidiana, 8,1% son alimentos y 9,4% combustibles. La balanza de pagos de dólares la compensamos con los ingresos por inversiones extranjeras y la deuda en dólares que adquirimos. Ambas las hemos afectado de manera grave con los anuncios de cero petróleo y carbón.

El país recibirá este año US$32.500 millones por petróleo y carbón. El año anterior se recibieron por estos rubros solo US$13.000 millones. La diferencia es la prima de precios y cantidades derivada de la guerra de Ucrania. Sin este efecto a favor, el dólar estaría mucho más alto que los $5.000 por dólar que ahora bordeamos.

Los años siguiente tienen un panorama más sombrío. El carbón volverá a sus US$71,25 - tonelada métrica previos a la guerra (enero de 2014) y el petróleo retomara sus niveles de US$40 a US$60 tan pronto se normalicen los mercados y empiecen a entrar en operación los enormes yacimientos de Guyana que revolcarán le mercado global. Las otras exportaciones tradicionales como flores, banano, café no tienen flexibilidad de mercados para expandirse mucho más allá de sus valores actuales. Los nuevos productos entrantes tienen potencial, pero el aguacate, los cítricos y otros con gran esfuerzo superaran los US$1.500 millones cada uno de ellos. Nada de todo esto logrará reemplazar los ingresos actuales de carbón y petróleo.

Este colapso económico implicará Cero Pacto Histórico, que se auto extinguirá por su incapacidad de entender las realidades sociales y económicas. Pocas veces la oposición la ha tenido tan fácil. No entiendo muy bien cómo Ocampo se queja de sus compañeras de Minas y Ambiente si su propuesta de reforma tributaria hace más daño a los sectores mineros y energéticos de manera directa, clara y aplicable que los mensajes medio deslenguados que ellas emiten sin muchos fundamentos. Si este gobierno no responde de manera concreta cómo se obtendrán los dólares futuros y esto queda de manera verificable en unas hojas de ruta, los mercados externos seguirán teniéndonos en el rincón de los países proscritos.

Entrando en la retórica del régimen, el país necesita de manera urgente un plan de desarrollo con dos “Misiones” al estilo Mazzucato: La misión 20.4, cómo llegamos a US$20.000 per cápita y 0,4 de Gini, de manera que con estos indicadores el decil de menor ingreso supere la pobreza. El gran reto es ese nivel de ingreso.

Referencias

Precios del Carbón: https://www.indexmundi.com/es/precios-de-mercado/?mercancia=carbon-colombiano&meses=120