Si volvemos a usar el salario mínimo como atajo para resolver lo que no se construyó durante el año, el efecto no será justicia social, sino menos empleo, más informalidad y menor capacidad de crecer
El problema, no es el éxito, es el “exitismo”. Uno es conquista, el otro condena. Uno libera, el otro esclaviza. Uno expande, el otro vacía