MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Todos los caminos conducen a una recesión mundial. Las bolsas de valores en el primer semestre del año arrojaron las cifras más desalentadoras de los últimos dos años. El índice S&P 500, que monitorea el precio de las acciones de las 500 compañías con mayor capitalización de mercado, cayó en este período 4,9% mientras que el Nasdaq, que mide el comportamiento de las acciones del sector tecnológico, cayó 9,1%. Cayeron también las bolsas de Alemania y Hong Kong. Estos indicadores son muestra de la desconfianza que reina en los mercados de valores y reflejan el sentimiento sobre el comportamiento de la economía global.
The Economist atribuye esta tendencia a tres factores principales en los tres centros de producción más relevantes en el mundo; Estados Unidos, Europa y China. En el caso de los Estados Unidos, lo que puede ocasionar una desaceleración de la economía son las políticas de tasas de interés que está implementado la Reserva Federal para contener la inflación. En marzo anunció un alza en los intereses que paga por sus reservas y planea incrementarlos al menos otras seis veces en el curso del año, provocando con ello una contracción en la demanda de los consumidores y, por ende, una menor presión sobre los precios. En Europa el factor detonador está en los altos precios de la energía y la vulnerabilidad que provoca la dependencia de las fuentes energéticas rusas. En toda la región los incrementos en los precios de la gasolina y de la energía doméstica y en las fábricas ha venido reduciendo la disponibilidad de recursos en manos de los consumidores y encareciendo la producción que provocarán, sin lugar a duda, una desaceleración de estas economías. Las políticas que algunos países como España han adelantado es la de subsidios a los combustibles, pero ello puede acarrear problemas de déficit fiscal que acaben agravando la situación de inflación que también sufren los países europeos. El caso de China es particular porque sufre del mal del cual las demás naciones del mundo ya se estaban recuperando.
En efecto, antes de estallar la guerra en Ucrania, a principios de 2022, las economías del mundo se hallaban en plena recuperación de la crisis provocada por las restricciones impuestas durante la pandemia y las nuevas situaciones de altos precios de combustibles e insumos; producto de la guerra y temor a la inflación se ha generado el frenazo económico que estamos presenciando. No así en China, que fue la economía que más creció en 2021 y parecía haber derrotado la pandemia con su política de cero covid. Pero la pandemia no perdona! Primero fue Hong Kong, que empezó a mostrar escenas que se creían superadas en el mundo, de UCI sobredemandadas y picos en muertes sin precedentes, con las consecuentes restricciones y cuarentenas. Ahora es Shanghái, que ya lleva dos semanas de cuarentena estricta que, según CNN, se prolongará por tiempo indefinido. Estas medidas afectan otras 23 ciudades que, en total, albergan una población de 193 millones. Más allá de las políticas que implemente el gobierno chino para mitigar el efecto económico de esta parálisis, hay que tener en cuenta que China es el origen de muchas cadenas de suministro y, por ahora, los barcos y los contenedores están varados en los puertos más importantes de este país, generando más inflación e incertidumbre. Colombia debe estar atento, pues no podrá marginarse de la recesión mundial que pone en peligro los avances logrados en la pospandemia.