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ALTA GERENCIA

Responsabilidad de las ‘empresas ambulantes’

lunes, 16 de enero de 2017
Foto: 123RF
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Andrés Julián Gómez Montes

Una de estas situaciones, es cómo se comportan las marcas en las calles. Empiezo con un ejemplo de algo que vi hace unos meses. Iba caminando en Bogotá, en la calle 92 con carrera 15. De pronto vi a un motociclista, claramente identificado con la ropa de la empresa Claro tomando el cruce del semáforo de esa calle (venía de la autopista), un cruce que está prohibido. Continúe caminando hacia el norte y unas cuadras después vi mal estacionados, en bahías que solo están habilitadas para personas con discapacidad, un gran camión de Claro y un motociclista (no sé si sería el mismo). Dudo mucho que los miembros de esta cuadrilla tuvieran algún grado de discapacidad para utilizar estas bahías.

Esta situación me hizo pensar sobre la responsabilidad que tienen las empresas y sus marcas, cuando estas se mueven por las ciudades. Muchas de estas empresas ofrecen servicios de alto valor a los ciudadanos, pero de la misma forma los ciudadanos los recompensamos con dinero, en una relación dónde las dos partes ganan. De esta forma, creo que una marca y sus representantes tienen como mínimo, la responsabilidad de ser buenos ciudadanos, respetar las normas y cuidar esas ciudades que les ha dado tanto.

Este ejemplo es bastante explicativo, pues para mí, usar una bahía que está destinada exclusivamente para personas con algún grado de discapacidad, sin cumplir esta condición, es de las peores normas que se pueden violar.

Pero claro, en mis caminatas, esto lo veo cada rato, con vehículos particulares, taxis, ubers, motos y muchos camiones. De hecho, el mismo día que vi este caso de Claro, también vi lo mismo con un camión de Dunkin’ Donuts / Baskin Robbins. Y llegando a la Calle 100, casi todos los días en horas de la mañana se presenta una batalla campal de camiones descargando mercancías frente al supermercado Olímpica. De hecho, en el caso de la Olímpica la bahía de discapacitados no es suficiente y también estacionan sobre la carrera 15, colaborando al caos que se presenta a diario en esta zona.

Otro caso que me llama la atención es el de Rappi, el servicio de domicilios desde el celular. Esta empresa ha creado una marca genial, con su color atractivo que prácticamente ninguna otra empresa utiliza. Se ven todo el tiempo en ciertas zonas de Bogotá y son fáciles de identificar. Un buen ejemplo de manejo de marca, claro, hasta que sus mensajeros se empiezan a portar mal y a no seguir las normas.

Por ejemplo, con el cambio que realizó la administración actual de Bogotá a la cicloruta de la carrera 11 entre calle 100 y calle 81A, a los ciclistas se les abrió un carril exclusivo, que tiene sus propios semáforos. En varias oportunidades, he visto y he vivido en carne propia, como ciclistas han estado a punto de atropellarme, como peatón, por no hacer casos a sus semáforos. Y un par de estas, han sido mensajeros de Rappi.

Si a esto se le suma los repartidores de pizzerías, empezando por las grandes cadenas internacionales (Pizza Hut, Domino’s, Papa Johns y demás - los menciono por que los he visto), que pasan por vías peatonales, estacionan dónde desean y demás. Promesas de entregas rápidas no deberían ir en contra del respeto a las normas y la convivencia. Ahora, extendamos esto a otros domicilios de restaurantes, droguerías, papelerías, y claro los taxis, ubers y similares.

Esta situación me lleva a la conclusión que a estas grandes marcas poco o nada les importa ser buenos ciudadanos y capacitar a sus empleados en esto. Por ejemplo, qué interesante y poderoso sería que estas empresas portaran orgullosamente una insignia que dijera algo como “yo respeto a mi ciudad” y fuera una realidad. Les dejo esa idea, además es una buena forma de hacer marketing con alta responsabilidad social empresarial.

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