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Jim Collins, considerado por muchos como el sucesor de Peter Druker, es uno de los pensadores e investigadores actuales más influyentes en temas de gestión empresarial; sus recientes estudios en los que buscaba identificar las condiciones y factores particulares que tenían las empresas que consiguieron pasar de buenas a sobresalientes, aporta importantes elementos, que los empresarios pueden tener en cuenta, a la hora de planear el crecimiento de sus organizaciones.
Uno de los descubrimientos que Collins describe en su bestseller, Good to Great, es que todas las compañías estudiadas que lograron alcanzar rendimientos superiores, tuvieron a la cabeza, durante el período de transición, líderes catalogados dentro de la investigación, como de nivel 5, que constituyen el eslabón más alto de una detallada clasificación, en la que sitúa a los distintos gerentes y presidentes de compañías, de acuerdo con sus capacidades ejecutivas.
Los líderes de nivel 5 se caracterizan por pensar en el bien de la compañía antes que en sus intereses personales, atribuyendo sus éxitos y logros al equipo de trabajo y a la empresa, antes que a sí mismos.
Estos líderes generalmente son personas tranquilas, modestas y reservadas, no creen ser poseedoras de la verdad, por lo que buscan la opinión de sus colaboradores. Son personas sencillas a las que se puede acceder con facilidad, son muy disciplinados, poseen una voluntad inquebrantable, son humildes y consiguen resultados sobresalientes. Adicionalmente, mantienen la preocupación por quién los sucederá en el cargo y esperan que quien lo haga, tenga la capacidad de dirigir la compañía mejor de lo que ellos mismos lo hicieron.
En su investigación, Collins constató que los líderes que consiguieron llevar a sus empresas de grandes a sobresalientes, provenían del interior de las mismas; las organizaciones que contrataron brillantes y reconocidos gerentes, provenientes de otras compañías, no consiguieron los mismos resultados. Este punto es muy importante, porque según dice, las organizaciones pueden no darse cuenta de que en su interior, cuentan con el líder perfecto para emprender la etapa de crecimiento.
A diferencia de otros líderes, lo que primero hacen los de nivel 5 es conformar sus equipos de trabajo, incorporando a ellos a las personas más brillantes y preparadas de la empresa; el proceso pasa invariablemente por la salida de aquellos que son considerados como incompetentes y que pueden convertirse en un lastre para el proceso de crecimiento que se busca. Otros líderes primero establecen las metas y objetivos y solo después conforman sus equipos de trabajo. El líder de nivel 5 fija sus metas y establece el camino a seguir de común acuerdo con el equipo de trabajo.
Los líderes de nivel 5 buscan que sus colaboradores siempre puedan opinar, exponer sus ideas, manifestar sus inquietudes y participar en la definición de la visión de la compañía, buscando las mejores soluciones y alternativas para la empresa, dejando de lado intereses particulares. De esta manera se consigue también que las metas sean compartidas por toda la organización y no solamente por aquellos que las establecieron.
En la investigación, Collins encontró que algunas de las empresas que no alcanzaron el crecimiento, el líder era una persona que inspiraba tanto temor en los trabajadores, que estos estaban más preocupados por lo que él pudiera decir, que por la realidad externa que estaba afectando a la compañía. Por el contrario, en las empresas sobresalientes existía la suficiente confianza entre jefes y subalternos, para que estos pudieran advertir a tiempo sobre los errores que se pudieran cometer.
Las mayores preocupaciones de los líderes
La preocupación de los líderes nivel 5 por rodearse de personas altamente competente, no cesa hasta completar el equipo que requieren; actúan con agilidad en la toma de decisiones referentes al personal, haciendo los cambios que se requieran para la buena marcha del proyecto. Otro descubrimiento novedoso, es que estos líderes dedican a los más talentosos al desarrollo de las grandes oportunidades, en vez de concentrarlos en la solución de los grandes problemas.
