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ALTA GERENCIA

Cinco habilidades innegociables que todo CEO debe tener

martes, 24 de enero de 2017
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Diego Carranza Agudelo

De acuerdo con el CEO para Colombia de la empresa de reclutamiento Hays, Axel Dono, cada cargo en específico tiene una cantidad de características a las que se deberían acomodar los candidatos de manera innegociable, es decir, que si el candidato no las posee, su viabilidad en el puesto se hace completamente nula.

“Si bien es cierto que las empresas ya tienen unos parámetros de selección establecidos para sus contrataciones, ante la necesidad de acertar es necesario que las compañías profundicen mucho más y analicen las características de su cultura organizacional, su situación actual en el mercado laboral, sus proyecciones a futuro y la industria en la que se encuentran, para de este modo encontrar el candidato ideal”, explicó Dono.

Debido a ello, estos procesos se deben hacer con mucho más ahínco a los CEO o a los líderes que se harán cargo de las áreas gerenciales, teniendo en cuenta la definición de gerente del Harvard Business Review que asegura que esta persona debe encajar con los valores y prácticas de la compañía para, así mismo, representarlos e impulsarlos en los colaboradores que están a su cargo.

La capacidad de resolución de conflictos es una de esas cosas que no debe faltar en un CEO, y más teniendo en cuenta que esta persona tendrá a su cargo todo un equipo que trabajará de manera transversal para el correcto funcionamiento de la compañía.

Como no siempre se trabaja en completa armonía, es allí en donde el líder deberá intervenir para encontrar soluciones a los conflictos que se presenten, de manera que no se afecten los intereses de la firma.

No obstante, para poder imponer sus decisiones, el gerente deberá tener una alta capacidad para manejar personal, de manera que estos lo vean como una figura de respeto, más que de autoridad, sin llegar a generar barreras que promuevan burocracias que entorpezcan los procesos e interrumpan la comunicación.

Precisamente para ello, un buen CEO debe tener pensamiento crítico y debe demostrárselo a su equipo de trabajo para que estos entiendan que las decisiones que toma no las llega a hacer a la ligera, sino que representan un proceso de evaluación de los diferentes métodos que se podrían adoptar, y la decisión final de uno que beneficie a todos en la mayor medida.

Según la directora asociada de Michael Page, Paola Pulgarín, todas las anteriores características derivan de la experiencia que pueda tener un CEO en su campo de acción, por lo que, a pesar de no ser considerada por los expertos consultados por LR como una de las características irrefutables, factores como la experiencia internacional son altamente valoradas para los perfiles de las altas gerencias de las compañías.

No todos los caminos para lograr un resultado son igualmente buenos para las empresas. Por ello un líder también debería tener, obligatoriamente, capacidad de juzgamiento de las opciones disponibles que le permita hacer una toma de decisiones congruentes, tanto con el fin que se busca como, por ejemplo, con temas de índole presupuestal.

“Buscar la calidad en el servicio y alcanzar los objetivos fijados por la compañía son algunas de las aptitudes que se exigen en un directivo. Estas competencias ayudan a optimizar la eficiencia y productividad de las firmas y mejoraran la cohesión a nivel de equipos. Estas son las competencias que permiten que un profesional se ajuste en realidad a un cargo directivo, a una empresa y a un equipo de trabajo bien formado, pues son difíciles de encontrar y desarrollar, ya que se adquieren con el tiempo, la experiencia y la responsabilidad laboral de cargos anteriores”, explicó Pulgarín en un comunicado de la firma que representa.

La última de las habilidades innegociables que debe tener un gerente es la escucha activa, un factor fundamental para el relacionamiento de los dos clientes de la organización: tanto los internos como los externos.

Con esta característica, un buen gerente es capaz de escuchar la voz de sus colaboradores para entender cuáles son sus necesidades laborales y satisfacerlas con el fin de no afectar la productividad. Al mismo tiempo, escuchando al cliente externo se pueden tomar acciones correctivas o potencializadoras respecto a los procesos internos para satisfacerlos y generar un índice de recompra.

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