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El Gobierno Nacional estudia la entrada de 11 salvaguardias para los textiles y tubos

sábado, 20 de septiembre de 2014
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Cinthya Ruiz Granados

En este momento, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo estudia 11 salvaguardias para el sector de textil, confección y para el metalmecánico.

La medida de salvaguardia se utiliza para proteger la industria nacional en un tiempo determinado para que esta se prepare y sea más competitiva frente a la apertura económica.

Las salvaguardias se solicitan por empresarios o gremios locales que han confirmado o sospechan que debido al alto volumen de importación de un producto idéntico o similar, se afecta por lo menos 25% de la industria nacional.

Empresas del sector textil presentaron solicitudes de aplicación de una medida de salvaguardia a los siguientes diez artículos: napas tramadas (tejido técnico para uso industrial en nylon); filamentos sintéticos; hilados de algodón; hilos de costura; de fibras sintéticas; de mezclilla; de algodón; tejidos planos; de punto; enlazadas y no enlazadas.

El requerimiento lo hizo la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) bajo la Cámara de algodón, Fibras, Textil y Confecciones que maneja Juliana Calad.

La investigación desde el sector privado comenzó en 2012 pero la presentación al Gobierno se hizo a finales de 2013.

Lo que ha sucedido en estos nueves meses es la investigación por los técnicos del MinCIT, pero hace falta la evaluación del Comité Triple A. El problema es que, en palabras de Calad, la situación ya dejó de ser exclusiva para estos diez productos y no se requiere una actuación en algunos sino en todos los productos que hacen parte de la cadena de la confección.

“Desde la reforma arancelaria los eslabones de hilados y tejidos se han visto afectados. Pero en este momento consideramos que podría ser mejor un acuerdo arancelario en todo el sector”, dice la dirigente.

La industria nacional de hilados y textiles ha visto un alto incremento en las importaciones provenientes de India, China y Pakistán.

Al gremio le han reportado que se importan tejidos a US$6 por kilo, para el que los industriales nacionales dicen que es coherente. Sin embargo, también han reportado importaciones a US$2 por kilo y US$3 por kilo, por lo que aseguran que estaría pasando algo raro.

“La industria quiere que se ataque a las importaciones a bajo precio más allá de una salvaguardia, el mercado está cambiando y el gobierno se demoró mucho en atender la solicitud que pedíamos, ya es muy tarde”, expresó Calad.

El requerimiento buscaba un incremento en el arancel de 10% a 20% para textiles y entre 10% a 15% para hilados.

No obstante, empresarios como Guillermo Criado, gerente comercial de la división textil de Pat Primo, explica que el sector dejaría de ser competitivo frente a mercados internacionales si se aplica la salvaguardia.

“Entregar una salvaguardia sería un golpe muy duro a la competitividad del sector de confecciones que es el que más empleo genera en toda la cadena, en Pat Primo somos 50.000 empleados”. Además asegura que la oferta de hilos en Colombia no alcanza a superar 15% de la demanda de hilados.

El problema de avalar la salvaguardia en cualquier sector de la economía, es que el aumento en los precios lo va a asumir el consumidor.

“Si suben el arancel, tenemos que subir el precio del producto que afecta al cliente final”, dice Criado.

Julio Spataro, gerente de Spataro Napoli, empresa que fabrica camisas, también coincide en que hay varios títulos de hilos que no se fabrican en Colombia.

“Mis clientes no están acá, yo estoy en el mercado de camisas formales que usan hilos de categoría más alta que no se fabrican dentro de Colombia como los títulos arriba de 50”.

Desde la Andi reconocen que la industria no alcanza a abastecer toda la demanda para las confecciones, pero también aseguran que hay imperfecciones en el sistema arancelario que obligaron a buscar el mecanismo de salvaguardia.

“Hay productos de buena calidad que produce Colombia y hay otros que no, por lo que sale mejor importarlos. Pero la salvaguardia los cubre a ambos, por eso decimos que se trata de problemas del sistema de las partidas”, agrega Calad.

Los empresarios coinciden en que sería más efectivo si se desdoblara la subpartida y se impusiera salvaguardia para proteger a aquellos productos que se producen en Colombia.

Como la situación que presenta la industria es más compleja que la imposición de un arancel o una cuota de importación, Calad considera que también hay que mirar el problema de la subfacturación.

Según datos de la Andi, se está presentando subfacturación para todas las subpartidas de textiles e hilados, principalmente desde China.

Con respecto al contrabando técnico que se da por esta irregularidad, los empresarios confeccionistas sí están de acuerdo con que se trabaje para ubicar las importaciones bajas y erradicarlas.

“La tarea es frenar la subfacturación, los hilanderos tienen que pensar en cómo ser más competitivos para que den la pelea con más demanda”, afirma Criado.

Salvaguardia a tubos de acero
Por segunda vez en menos de un año, la empresa Tubos del Carbe, que nació en Cartagena en 1987 y hoy hace parte de la multinacional Tenaris, solicita una salvaguardia a las importaciones de tubos petroleros con y sin costura.

Luego de una negación en enero a la solicitud, el 9 de junio de este año se presentó el requerimiento.

El análisis del Comité Triple A revisó el precio de importación en los últimos tres años y el aumento de las compras externas para determinar si es aplicable o no la medida. Lo que se ha posido conocer es que el Ministerio dará una respuesta en la primera semana de octubre. No obstante, voceros de Camacero explican que el tubo sin costura no se produce en Colombia por lo que no habría procedencia para esta salvaguardia.

Decreto 456 de 2014 sí ha funcionado
El decreto que establece un arancel específico a las importaciones de textiles y calzado de bajo precio (Decreto 456 de 2014) sí ha sido un alivio para la industria textil. Los empresarios nacionales estarán cobijados bajo este decreto por dos años, que finalizan en febrero de 2016. El anterior decreto que fue derrogado por el 456 era el 074 por el que Panamá aún tiene hoy una demanda interpuesta ante la OMC. El arancel es de 10% más US$5, si el valor de la importación es menor de US$10, y de 10% más US$3 si es mayor de US$10.

Las Opiniones

Juliana Calad
Dir. Cámara de confecciones y textiles de la Andi

“Desde la reforma arancelaria los eslabones de hilados y tejidos se han visto afectados. Consideramos que podría ser mejor un acuerdo arancelario”.

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