Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

  • Felipe Guevara

viernes, 23 de octubre de 2015

En primer lugar, es bueno saber que un alcalde no lo puede hacer todo, varias de sus posibilidades ejecutivas dependen de su relación otras instituciones y entidades públicas. 

En segundo lugar, un buen mandatario es aquel que logra conciliar los intereses de esas instituciones, como el concejo, con sus propuestas de gobierno. 

En tercer lugar, un alcalde no puede trabajar solo, la calidad y confianza en el equipo de gobierno del que se rodee será determinante en el ejercicio de sus funciones.

En los meses previos a la elección el ciudadano debe informarse sobre los programas de gobierno que sustentan la candidatura de los postulados, esto para evitarle falsas expectativas sobre promesas electorales que responden al vaivén de la opinión pública.

Por un lado, los alcaldes solo pueden hacer, además de lo que les atribuye la constitución y la ley 1551 de 2012, aquello que figura en sus programas de gobierno. En caso de incumplimiento el ciudadano puede incentivar la revocatoria del mandato como ejercicio de control. 

Por otro lado, los programas de gobierno deben ajustarse a lineamientos preexistentes como el Plan de Ordenamiento Territorial y el Plan Nacional de Desarrollo. 

Ahora, la manera en que se ejecutan los planes de gobierno a través de los Programas Municipales de Desarrollo depende de la relación que el alcalde tenga con las instituciones del Estado que condicionan su gestión. 

El concejo aprueba o desaprueba las iniciativas de gestión que el alcalde busca convertir en políticas públicas, por ello una buena relación entre el alcalde y el concejo es determinante para que las propuestas de gobierno se realicen una vez electo el alcalde. La misión del concejo debe ser agilizar y no entorpecer la gestión del alcalde, en esto debería pensar el ciudadano al momento de votar para el concejo municipal. 

Otro aspecto a considerar sobre las posibilidades de gestión de los alcaldes se relaciona con el presupuesto. Los municipios, además del presupuesto propio pueden manejar partidas presupuestales y recursos provenientes de las regalías. Sin embargo, muchas de estas asignaciones presupuestales vienen atadas a la destinación específica y en ocasiones el municipio debe apoyarse en ellas para cuestiones básicas de funcionamiento. Además, el gasto anual de ser aprobado por el concejo. Por ello, hay que desconfiar de aquellos que pierden la razón prometiendo grandes inversiones y gastos en lugares donde difícilmente podrán maniobrar. 

Una vez establecidos los objetivos de gobierno y de consolidar una relación armónica con instituciones del Estado, el alcalde debe saber quién hace qué. Su equipo de trabajo, que dependerá del tamaño del municipio, debe tener unas funciones claras que ayuden al alcalde a desempeñar sus funciones sin que su gestión, a través de las distintas secretarias, parezca dubitativa e irregular. El capital humano del que esté compuesta la administración municipal asegurará medidas acertadas en los distintos rublos que componen la administración. 

En síntesis, un buen alcalde debe tener la capacidad de consensuar con las distintas instituciones, capital humano y condiciones de la administración que rodean su gestión. No se trata solo destinar recursos y ejecutar obras, se trata de llegar a acuerdos que movilicen todos los elementos que componen la administración municipal para que las propuestas se puedan realizar.

LA REPÚBLICA +

Registrándose puede personalizar sus contenidos, administrar sus temas de interés, programar sus notificaciones y acceder a la portada en la versión digital.