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  • David Alejandro Peñuela

lunes, 19 de noviembre de 2012

Pareciera una frase contradictoria ¿Cómo es posible que algo que marcha bien sea enemigo de otro concepto que comparte semejanzas? Pues aun cuando suene contradictorio es así.

Excelente no es lo mismo que bueno y el reto empresarial para poder lograr un verdadero cambio es, precisamente, llevar a cabo esta transición. Por este motivo haré mención de un concepto, que sin ser el único en el gran universo empresarial, es clave para un buen desempeño: Liderazgo.  

El liderazgo puede ser definido en términos breves, como la capacidad que tiene una persona de dirigir a una o varias personas hacia un destino sin la utilización de medios coercitivos.

Y es precisamente esta última parte la que resulta clave para entender estas líneas: no agresión, no amenza verbal ni psicológica, no humillación. De hecho, la intimidación es la peor herramienta y la más contraproducente en lo relacionado con la motivación laboral.

Para nadie es un secreto que las firmas de abogados son una escuela de aprendizaje invaluable. Lo que se aprende allí difícilmente se aprenderá en la universidad.

Sin embargo, esta frase, que se parece más a un slogan, no puede ser el punto de partida para la dirección de un estudio de abogados.

Es decir, el hecho de que una oficina sea una escuela de aprendizaje no es óbice para que se trate a sus trabajadores  con poca consideración.

Según un pequeño sondeo hecho en el gremio, la mayoría de profesionales del derecho que trabajan en una firma de abogados no están satisfechos de alguna forma, con su situación laboral.

Bajos sueldos, horario laboral excesivo y un trato no motivador son las causas más frecuentes de su descontento. No obstante, considero que una de las razones más poderosas es esta última. Es posible y de hecho probable, que una persona decida continuar en un bufete con un salario bajo y con un horario laboral dificultoso, pero con un reconocimiento por su trabajo y un trato digno de su profesión. Cambiar dinero por dignidad es algo de lo cual muchos se arrepienten.

Así las cosas y entendiendo que en el mundo de las oficinas de abogados los dos primeros puntos (salario y horario) son supremamente difíciles de modificar, es menester que los socios o quienes dirijan la firma se centren en el trato adecuado frente a sus trabajadores.  Hay que recordar que son los trabajadores el motor de cualquier negocio y este no es la excepción.

Por lo tanto, la motivación correcta de estos es una disciplina que hay que cultivar. Entonces, la deserción y la continua rotación de personal (fenómenos que azotan continuamente a los bufetes) son situaciones que hay que combatir en este negocio, por cuanto pueden ser el comienzo de la entrada en crisis de la oficina.

Poco importa si el nombre que hoy aparece en su aviso apareció cuatro años en la firma de sentencias de las altas Cortes.  El éxito no sólo se debe a  un correcto manejo de los casos y a la brillantez del abogado, sino también a la correcta administración que haga del negocio.

Al respecto, conozco bastantes empresas tanto públicas, como privadas en las que el personal de un puesto específico no dura ni dos meses en el mismo. Las preguntas que generalmente se hacen los seleccionadores son ¿el problema es la persona contratada?, ¿es posible que esta no posea las cualidades necesarias para ejercer el cargo?, o tal vez ¿fallamos en la selección del personal? Con seguridad, cuando la rotación en un mismo cargo ha sido constante, el problema no corresponde a ninguna de estas preguntas.
 

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