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  • Álvaro Setién

miércoles, 1 de agosto de 2012

Como venimos exponiendo en columnas anteriores, los inversionistas deberían esperar un crecimiento lento en Estados Unidos y, a nivel mundial, para la segunda mitad del 2012. Dicho esto, somos en cierta medida optimistas en China, aunque su economía todavía se enfrenta a algunos retos.

Efectivamente, lo mejor que podemos decir de Estados Unidos es que, a pesar de algunos datos no favorables del mercado laboral, otros indicadores muestran mejores resultados y esto sugiere que la economía no va a caer en recesión.

El análisis interno de BlackRock apunta hacia un crecimiento de la economía en Estados Unidos del 2% en el segundo trimestre, y un crecimiento similar en el tercer trimestre.

Para los inversionistas, esto debería significar un enfoque en temas como inversión en dividendos o productos de mínima volatilidad, que generalmente no dependen del resurgimiento del crecimiento de la economía.

De igual manera, nuestro análisis sugiere que China debería ser capaz de alcanzar un crecimiento de entre el 7.5 y el 8.5% en los siguientes trimestres, evitando así una desaceleración aguda de su economía (o “hard landing”).

Asumiendo que esto es correcto, creemos que la Renta Variable de China sería vista como una oportunidad atractiva por los inversionistas.

Creemos que, por lo que queda del año, los responsables de las tomas de decisiones en dicho país harán lo que esté a su alcance para estimular el crecimiento económico. Estamos viendo también un número de pasos innovadores hacia la liberalización financiera, que aunque es muy difícil que tengan algún efecto en el corto plazo, es muy positivo para las expectativas del país en el largo.

Bajo un escenario de desaceleración leve (o “soft landing”), las valoraciones de la renta variable china están baratas, sobre todo comparadas con otros países de Asia emergente y con su propia historia.

Los inversionistas parecen que ya han descontado los riesgos de una desaceleración más aguda, y la ausencia de la misma puede actuar como catalizador para el siguiente “rally”.

Tenemos una razón adicional para creer que la renta variable de China podría considerarse atractiva por los inversionistas: aunque a primera vista no es muy intuitivo, para ser un mercado emergente, se podría considerar que es relativamente una jugada de bajo riesgo.

 La volatilidad en China parece razonable en comparación con otros mercados emergentes e incluso baja cuando se le compara con los mercados del sur de Europa. Además, China tiene una divisa relativamente estable, lo que ayuda a reducir la volatilidad de los rendimientos para los inversionistas en dólares o euros.

Aunque todavía hay riesgos de una desaceleración aguda de la economía china (o “hard landing”), creemos que los mismos están descontados ya en las valoraciones actuales.

Dado que todo el pesimismo está ya descontado en los precios, creemos que si China tiene una desaceleración moderada o leve en el tercer trimestre del año, la renta variable podría tener una subida significativa.

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