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  • Colprensa

viernes, 23 de noviembre de 2012

El agente de Colombia en La Haya, Julio Londoño, dijo que no se siente derrotado por el fallo de la Corte Internacional de Justicia en el litigio entre Nicaragua y Colombia.

Con base en el fallo de la Corte Internacional de Justicia, ¿cuál es el paso a seguir de Colombia según su consideración?

Pues, no sé. El paso que se deba adoptar es una decisión política, es una decisión del Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente de la República. Seguramente consultarán con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores.

¿En materia jurídica hay, de pronto, una luz al final del túnel?
De conformidad con el Estatuto de la Corte, el reglamento y la jurisprudencia de la misma, los fallos son inapelables.

Pero, entonces ¿no existe un recurso al cual Colombia pueda acudir?
Sí hay dos recursos que están previstos: el recurso de revisión y el de interpretación. Supongo que se entrará a analizar, porque esos recursos tienen condiciones muy estrictas establecidas en los mismos reglamentos y estatutos de la Corte. Por lo tanto habrá que verificar que el fallo actual reúne esas condiciones para poder, en un momento determinado, aplicar o acudir a esos procedimientos de revisión o de interpretación que están señalados.

¿En qué consisten esos recursos?
El de interpretación es que se acude a la Corte para que haga una interpretación sobre la parte resolutiva cuando exista un aspecto confuso que merezca la interpretación de las dos partes en el pleito de forma diferente, y la revisión es simplemente cuando hay un hecho nuevo que se ha presentado y que las partes o una de ellas considera que es definitivo para el proceso del fallo. Eso, seguramente, lo analizará el Gobierno Nacional.

Cuando ocurren este tipo de eventos se buscan culpables y en el Congreso ya dicen que ustedes, deben asumir esa carga e irse...
La primera cosa que le puedo señalar es que el caso entre Colombia y Nicaragua, técnicamente, ya pasó, ya terminó con el fallo de la Corte, por lo tanto de si hay renuncias o si no hay es otra cosa. El equipo de Cancillería, que es un equipo de funcionarios de la mayor competencia, no tienen que renunciar de ninguna manera.

Y, en su caso específico se dice que se relajó mucho en la defensa...
Bueno, yo creo que eso es una impresión. Creo que los mismos asesores internacionales han reconocido públicamente y privadamente ante la Ministra y el Presidente que en la larga experiencia que tienen ante la Corte Internacional de Justicia, hasta con 20 casos que han movido, nunca han visto un equipo tan comprometido.

La canciller María Ángela Holguín dijo que ya le envió una carta a la ONU manifestando las inconsistencias del fallo.

¿Eso podría tener algún tipo de repercusión en la decisión adoptada?
Pues, el Gobierno naturalmente es el que ha anunciado y está tomando las medidas que tiene en el caso. Sobre eso naturalmente no me voy a pronunciar y si eso va a tener un efecto a o no, pues es muy difícil señalar en este momento. De todas maneras lo que es cierto es que el fallo de la Corte es definitivo.

¿Qué podría generar un desacato al fallo proferido?
Le vuelvo a repetir que no está previsto el desacato, no hay un reglamento, esa figura no está considerada. Naturalmente, el asunto de aceptar o no el fallo de la Corte es una decisión de carácter político que debe tomar el Gobierno.

La Ministra también dijo que se analiza la posibilidad de renunciar al Pacto de Bogotá. ¿Eso serviría para algo?
Yo no entro a hacer comentarios sobre lo que diga la Canciller, no he hablado con ella, mal haría yo en este momento decir si de debe o no se debe renunciar. También es una decisión de carácter político, el Gobierno conoce muy bien que el Pacto de Bogotá, se ha estudiado desde hace muchísimos años, lo usó la Corte para asumir la competencia en el caso y naturalmente determinará el Gobierno lo que se tiene que hacer sobre ese particular.

Con base en ese Pacto, ¿la Corte tenía facultad para entrar a definir los límites marinos?
Claro que sí, por eso lo hizo.

La senadora Alexandra Moreno reveló un mapa en el que, coincidencialmente, lo que la Corte le concedió a San Andrés es idéntico a las áreas que Nicaragua sacó a licitación petrolera desde el 2006...

No veo. Si mostraron el mapa esa es la situación, qué puedo afirmar sobre eso... nada.

Pero, ¿no es una lamentable coincidencia?
Bueno, yo no conozco el mapa de la señora Moreno Piraquive, entonces no me puedo referir a esa simple referencia general, usted me puede entender.

De acuerdo a lo que usted ha declarado, ¿la única salida del país es la resignación?
Yo no le estoy diciendo eso. Esa decisión la toma el Presidente y la Canciller, no digo que haya que resignarse o no, y las decisiones las toman ellos.

O sea que la decisión, en definitiva, es más política que jurídica...

Claro, sin duda. Es una decisión de carácter político la que está tomando el Gobierno y la que creo que son las que el país está apoyando y que se hagan las consideraciones de carácter político, porque ya no son decisiones de carácter jurídico sobre el particular.

¿Usted se siente derrotado?
Jamás, de ninguna manera. Yo nunca me siento derrotado, yo estoy siempre con el corazón abierto y con la conciencia de haber trabajado de una forma extraordinaria, acompañado por ese grupo de personas que son unos patriotas, que han estado dedicados durante las 24 horas del día, once años a esto.

El día de la lectura del fallo se dieron dos momentos: uno de júbilo cuando otorgaron la soberanía de los cayos y otro cuando muestran los límites.

¿Qué sintió en ese momento?
Con la segunda parte del fallo todos nos sentimos, naturalmente, anonadados, todos; una angustia evidente, sobre todo nosotros que hemos estado luchando día por día en esto, minuto por minuto, imagínese usted cómo lo hemos sentido.

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