jueves, 22 de octubre de 2015
Sin embargo, la abogada agregó que un tercer elemento clave para lograr disuadir estos nocivos comportamientos es criminalizar la práctica para tener un resultado más eficiente en la sanción social. Martínez dijo “no teníamos conocimiento que los empresarios están tan atentos a la sanción social, creíamos que muchos de ellos se preocupaban por ir a la cárcel, pero en realidad estas cosas van de la mano”.
En su intervención, durante el segundo día del Congreso Internacional sobre la Libre Competencia Económica, organizado por la Superintendencia de Industria y Comercio, Martínez aclaró frente a las multas que los países se han venido dando cuenta de la importancia de endurecer las sanciones.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el total de las multas por cartelización en 2005 alcanzaba los US$338 millones, mientras que en 2014 la cifra fue de US$1,3 billones. Una de las compañías que ha sido más duramente sancionadas es la taiwanesa AU Optronics Corporation, en 2012, a quienes se les impuso de una multa de más de US$500 millones y un total de US$1.390 para todos los participantes en el delito.
La individualización de la pena, que es de 25 meses en promedio y con un máximo de 10 años de cárcel, también ha permitido que los empresarios se abstengan de participar de este tipo de prácticas, lo que no sucede en el caso europeo donde no hay sanciones individuales y solo se les otorgan las multas.
Dichas multas en el viejo continente van desde 150% de las ventas de productos cartelizados.
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