.
RESPONSABILIDAD SOCIAL

Una catástrofe también puede ser una oportunidad

viernes, 7 de abril de 2017
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Katherine Benítez Piñeros

Precisamente, con el fin de ver cómo este tipo de experiencias han llegado a generar cambios positivos en las zonas donde se han producido, LR ilustra a continuación ejemplos de reconstrucción en cinco países del mundo. 

El 9 de julio de 1958, en la Bahía Lituya, al noreste del golfo de Alaska, se presentó un sismo de  8,3 grados en la escala de Richter que provocó un megatsunami luego de que se generara una pared de agua de 516 metros, la ola más grande de la que se tenga registro.

Esta tragedia, en la que salieron afectadas 153.000 personas, dejó como resultado una gran planta hidroeléctrica para el control de aguas que hoy en día alimenta la energía de más de 800.000 personas. 

Durante la temporada de huracanes en el Atlántico en 2005, uno de los más destructivos,  más  costosos (alcanzó la cifra de US$108.000 millones) y con mayor número de fallecidos (cerca de 1.900 personas) fue el huracán Katrina en Estados Unidos que afectó, principalmente, al área metropolitana de Nueva Orleans. 

Las donaciones e inversiones fueron de US$146.000 millones y uno de los principales resultados fue la renovación de la red de alcantarillado y el sistema de defensa contra huracanes. 

Cinco años después, en 2010, hubo dos catástrofes naturales que tocaron a América Latina y el Caribe. Apenas arrancando el año, en enero 12, a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití, hubo un  terremoto de 7,2 grados en la escala de Richter con una profundidad de 12 kilómetros que dejó cerca de 316.000 personas fallecidas. 

Aunque en la isla todavía continúa la labor de reconstrucción y de estabilización de su economía, las donaciones de US$4.600 millones permitieron también implementar nuevas obras de infraestructura a prueba de sismos. 

Al mes siguiente, el sábado 27 de febrero de 2010, en Chile hubo un sismo de 8,8 grados en la escala de Richter con una profundidad de 30,1 kilómetros. 

En los cuatro minutos de duración,  además de afectar  las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, Biobío y La Araucanía, dejó 525 víctimas mortales, alrededor de 500.000 viviendas con daño severo y cerca de 2 millones de damnificados. 

Desde la perspectiva de Guillermo Larraín, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, los desastres naturales brindan dos oportunidades: una, en términos de infraestructura básica como alumbrado, alcantarillado, y dos, permite asumir que “hay que aprender a convivir con esos fenómenos y tenemos que aprender a gestionarlos, ver de qué instrumentos dispone y cómo reacciona el Estado, cómo está el tema de seguros. En suma, estas emergencias permiten mejorar”. 

Así mismo señaló que en ese mismo año, a causa del terremoto, se dio un importante aumento del empleo y la inversión que llegó a US$3.500 millones.  

Para no ir tan lejos, Colombia también ha sido un ejemplo de recuperación luego de un desastre natural. El terremoto de Armenia en enero 25 de 1999,  que tuvo una escala de 6,2 grados en las escala de Richter, afectó a los departamentos de Quindío y Risaralda y dejó más de 1.000 víctimas mortales. 

El Forec (Fondo de Reconstrucción y el Desarrollo Social del Eje Cafetero) tuvo como reto invertir $1,6 billones (US$556 millones) en la reconstrucción de su infraestructura y  la industria.

Precisamente, en este tipo de experiencias enseñan, según Luis Armando Blanco, experto en Asia y Comercio Exterior y Doctor en Ciencias Sociales del Colegio de México, debe pensarse en una inversión mucho más integral que no solo responda a las necesidades de infraestructura básica como agua, alcantarillo, luz, telecomunicaciones, sino que también “permita pensar un nuevo espacio regional de desarrollo urbano y rural”. 

De igual forma, el experto señaló que, sin duda, es una oportunidad para la inversión pública en términos de creación de empleos con personas de la misma comunidad, por ejemplo, para la reconstrucción de viviendas e infraestructura de tal manera que se logren mejorar las condiciones de vida de los habitantes. 

Para Francisco Suárez, consultor de infraestructura, en Mocoa hay una oportunidad “para construir una nueva ciudad, por lo que hay que poner mucho énfasis en la importancia de la planeación territorial urbana”. Para tener éxito en esta tarea, además de un trabajo técnico responsable, tiene que haber un diálogo continuo entre el gobierno y la comunidad.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL

Energía 05/12/2024 Las cinco recomendaciones para que ahorre energía en su hogar en época navideña

Decoraciones eléctricas, luces LED, entre las recomendaciones para que su factura del servicio eléctrico no llegue tan elevado por Navidad