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Tribuna Empresarial 04/10/2021

Estaciones de saneamiento ¿básico?

Jorge del Río
Gerente general de Boehringer Ingelheim Colombia
Analista LR

No es una exageración decir que los sanitarios salvan vidas. Todos los días gran parte de la población mundial se levanta con la privilegiada certeza de tener acceso a un baño.

Está el baño de nuestras casas, de las casas de los amigos, los baños públicos de los centros comerciales y los aeropuertos, y están los baños que requieren de un pago menor para poder usarlos. Incluso, en tiempos de pandemia, tenemos la posibilidad de encontrar estaciones de lavado de manos en cualquier portal o estación de transporte. Algo tan cotidiano y esencial.

En un mundo donde el saneamiento es un derecho humano universal, es difícil creer que para 2021 haya zonas en que el acceso a estas estaciones de sanitización no exista. De acuerdo al último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, en 2020, alrededor de una de cada cuatro personas no pudo acceder a una fuente de agua potable en su hogar y casi la mitad de la población mundial no tuvo acceso a servicios estándar de saneamiento.

Es decir, estamos hablando de que 4.200 millones de personas viven en condiciones de pobre salubridad, con la contaminación de sus suelos y cuerpos de agua y, sobre todo, carentes de dignidad humana.

En Boehringer Ingelheim, conscientes de esta problemática, trabajamos desde 2018 con el mecanismo del Gobierno Nacional, Obras por Impuestos, para dotar de unidades de saneamiento básico a zonas vulnerables. Esta estrategia gubernamental permite realizar el pago de 50% del impuesto a la renta en proyectos de educación, salud, energía, agua potable, alcantarillado e infraestructura vial.

Es decir, les permite a las empresas aportar a la construcción social de este país. La principal ventaja que tiene este mecanismo es la oportunidad que le brinda a la iniciativa privada para materializar los recursos (aplicados vs. el pago de renta) en obras que beneficien a las comunidades más empobrecidas y así, apoyar también las estrategias específicas de Responsabilidad Social Empresarial.

Es importante que, como empresas, trabajemos por darles a las comunidades espacios seguros y dignos. Los beneficios de esta iniciativa gubernamental permiten, por un lado, ver los resultados sociales a corto plazo y, por otro, guiar de primera mano la implementación de esos impuestos.

La buena noticia es que las cifras de empresas contribuyentes han aumentado en un 46% de 2018 a 2019. Esto quiere decir que cada vez somos más las compañías que vemos en nuestros impuestos la capacidad de actuar por el bien común, llevando lo cotidiano y lo esencial a todos los rincones de nuestro país. La idea es que todos, sin importar cual sea nuestra posición, no solo ejecutemos, sino también actuemos.

En nuestro caso, encontramos que las veredas Palestina, Santa María y Morales de los Municipios de Santander de Quilichao y Caloto en el Cauca, son zonas caracterizadas por la violencia y la pobreza, donde no se ha permitido el desarrollo ni la mejora en la calidad de vida de sus habitantes. Nuestro proyecto se enfocó en la entrega de 67 unidades de saneamiento básico a la comunidad. Con esto, buscamos impactar la calidad de vida, del suelo y la salud de casi 300 colombianos. Definitivamente, qué privilegio es poder ayudar.

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