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Analistas 06/04/2021

Conpes sin la Federación

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo

Está circulando el borrador de un nuevo Conpes Cafetero, inexplicable, no solo porque a duras penas se han ejecutado los anteriores, sino porque no tiene sentido preparar un documento de política económica que trata de comprometer a las entidades del Estado en una política pública, cuando es el único sector en Colombia que tiene un Conpes permanente.

Digo permanente porque el contrato de administración del Fondo Nacional del Café contempla como autoridad al Comité Nacional de Cafeteros, conformado por tres ministros y el director del Departamento Nacional de Planeación y, los quince líderes gremiales, y sus decisiones siempre deben contar con el voto favorable del señor ministro de Hacienda.

Por lo tanto, no tiene ningún sentido ese documento cuando la política se define en el comité y se revisa cada mes. A no ser que el gremio sienta que le quedó grande la responsabilidad, como diseñador de la política cafetera y ejecutor de la misma.

Trasladar esa responsabilidad a un Conpes es renunciar a un privilegio de 80 años, que otorga autonomía en su ejecución y lo más importante, en su diseño, y nunca está al vaivén del ministro de agricultura de turno.

El documento se denomina “Política para la rentabilidad de la caficultura colombiana”. Precisamente cuando está en 40 % sobre ventas -que registran muy pocos negocios en Colombia-, y los niveles de producción, en 14 millones de sacos en los últimos cincos años demuestran que no existe un problema de rentabilidad.

Además, como lo he argumentado hace mucho tiempo, la caficultura capitalista cada día representa menos por escasez de mano de obra, mientras que la campesina crece, por su autonomía en la fuerza de trabajo y la excelente oportunidad para las familias.

El documento consagra como objetivos específicos: aumento de la productividad, ingreso estable, abrir mercados, y proveer mayores bienes públicos. Todas responsabilidades asumidas por el gremio y el Fondo, durante décadas. Consagra el plan y las líneas de acción, en detalle.

Son muchas, pero al leerlas uno concluye que la Federación está renunciando a ser la ejecutora de las 15 acciones estipuladas, que han sido la razón de ser de un gremio, guiado por la lógica de la acción colectiva, que por décadas ha servido de ejemplo nacional e internacional, imitado por gremios y gobiernos, e inclusive, en repetidas oportunidades muchos ministros han tratado de reclamar funciones del gremio para ejecutarlas desde el Ejecutivo.

Si el Estado se encarga de reducción de costos, manejo de poscosecha, renovación de cafetales, técnicas de recolección, eficiencia en gestión del recurso hídrico, manejo de sombríos forestales, administración de riesgo agrícola, estabilización de precios, café especial, exportar café tostado, equipos para compra por perfil de taza, exigencias sanitarias, aumento del consumo interno, reducir costos de transporte y aumentar la conectividad interna, sólo nos queda preguntar: ¿Qué van a hacer con $334.000 millones de contribución cafetera recaudada?

Quien lea el documento se percata de que ninguna línea de acción quedó en cabeza de la Federación Nacional de Cafeteros, -y por lo tanto - este documento Conpes relevaría a la FNC de la administración del Fondo Nacional del Café.

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