Viene más que un Papa, un verdadero líder actual

No es un secreto para nadie que la iglesia católica atraviesa por uno de los peores momentos de su larga historia, no solo en términos de crecimiento global ni de practicantes reales, sino de imagen y de credibilidad ante la opinión pública, especialmente en las poblaciones jóvenes. Un par de problemas, quizá transversales, a todas las religiones actuales socavadas por la ausencia de espiritualidad, reflexión colectiva, olvido del individuo, desconfianza generalizada, perdida de fe y una total materialización de las sociedades. Por estas consideraciones es absolutamente importante la visita a Colombia del Papa jesuita, Francisco, quien confirmó su llegada a Bogotá el próximo 6 de septiembre para recorrer por cuatro largos días a Medellín, Cartagena y Villavicencio, toda un viaje de inmersión apostólica que le servirá para conocer de primera mano los avances del proceso de paz conseguido recientemente y el clima de enfrentamiento político que estará al rojo vivo para entonces. Lejos de la visita del máximo jerarca de la iglesia más importante en Colombia, un país mayoritariamente católico, viene al país un líder actual en una época diagnosticada como carente de líderes que hablen al oído. El sacerdote jesuita argentino, Jorge Mario Bergoglio, ha logrado hacer reflexionar a los católicos del mundo sobre la importancia de ser coherentes en la formación y en el hacer de las personas; sus ideas son de avanzada, dignas del primer Papa nacido en el llamado nuevo mundo y ha inspirado a millones en su forma de ver la actualidad. Hace poco Ray Hennesy, un analista de la revista Entrepreneur, escribía que su tiempo papal, “ha estado marcado por la humildad, la toma de riesgos y por un profundo cuestionamiento del papel de la iglesia católica en el mundo. Ha sido popular entre los católicos, así como entre miembros de otras iglesias (...) Con un enfoque en la pobreza, ha convertido al bienestar y a las prácticas capitalistas en foco constante de sus discursos. Francisco se ha proclamado en contra del “Dios llamado dinero” y ha cuestionado los salarios y bonos del mundo corporativo”. Pero en especial ha dado lecciones de liderazgo que se pueden aplicar en cualquier campo económico, tales como una vida austera enfocada en la sencillez. Se ha tomado en serio la reforma estructural de los pilares económicos de la iglesia; es un gran comunicador, pues dice lo que piensa; toma decisiones difíciles con rapidez sin dejar que los problemas avancen; respeta los puntos de vista distintos; reconoce sus debilidades, y lo más importante a los ojos de Hennesy “sabe que no puede hacerlo solo”, parafraseando al Papa: “cuando confío algo a alguien, confío completamente en esa persona (...) Él o ella debe cometer un grave error antes de que pierda la confianza que le deposité”. Solo tres altos jerarcas de la iglesia católica han venido a Colombia, pero este es uno de los pocos verdaderos líderes actuales.