Una resolución macondiana de 360º

Cuando todos los actores del conflicto desatado por el costo de la televisión de alta definición, entre operadores de cable y canales privados, creían que la llamada Autoridad Nacional de Televisión zanjaría la discusión, esta sacó una resolución ambigua que se presta para todo tipo de interpretaciones legales que en nada ayudan a dilucidar el asunto del costo de producir un servicio de mayor calidad para los usuarios. Hay garantías para que los llamados ‘cableoperadores de televisión cerrada’ puedan acceder a la televisión pública o abierta, pero hay condiciones que dejan entrever un posible cobro por parte de RCN y Caracol, quienes les cargarían mensualidades de entre $650 y $800 por cada suscriptor por la señal en alta definición.

No fue una resolución clara y la pelea seguirá hasta que un tribunal de libre mercado o competencia pueda darle la razón a uno de los dos bandos o deje las cosas tal cual y sea el mercado quien determine el futuro. La autoridad de la televisión colombiana dictó que se dejaba a consideración de los canales involucrados el cobro por su señal en HD, lo cual significa que en promedio el costo sería de $725, es decir, un ingreso adicional de más de $3.372 millones mensuales. Pero a la final quien tendrá la decisión en sus manos será el cliente.

Se les ordenó a las compañías que distribuyan la señal de televisión abierta y que esta acción no tenga costo para los suscriptores, lo que garantiza el acceso a esta señal por parte de todos los colombianos. Así las cosas, los canales de televisión abierta deben entregar contenidos de su canal principal digital “en el formato que elijan” y, aunque no habrá cobro, debe expedirse una autorización y consentimiento para la transmisión por parte de los operadores. Es justo este complemento el que es ambiguo y se presta para muchas interpretaciones en derecho comercial, pues los canales privados podrán entregar la producción análoga y cobrar por los programas que son más costosos hacer. El reto ahora es para los canales, pues si quieren cobrar la señal de alta definición a los operadores, tendrán que ofrecer valor agregado para que sea el cliente quien decida si paga o no.

Fue una resolución macondiana, nunca salomónica, pues todo volvió a quedar en el limbo. Son esas posturas oficiales que le hacen un flaco favor a la institucionalidad, que intentan cambiar o aclarar y vuelven justo al punto de donde comenzaron, es decir un giro de 360º. ¿Qué va a pasar? Lo más seguro es que los operadores de televisión por cable se rompan y compitan bajo las leyes de la oferta y la demanda  y algunos le paguen a los privados por la calidad de sus transmisiones HD, que de lejos son las que más audiencias atraen.