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Devolución del IVA para familias pobres, más incentivos tributarios para las empresas que contraten a jóvenes entre 18 y 28 años y tres días al año sin IVA, parte de las ayudas sociales
El presidente Iván Duque acaba de aprovechar la obligada discusión de la nueva reforma tributaria -radicada ayer en el Congreso- para darle un auténtico histórico timonazo social. El Gobierno Nacional ha puesto en consideración de los legisladores la reducción en aportes a la salud de las pensiones de un salario mínimo; la devolución de 100% del IVA para familias más vulnerables; mayores incentivos tributarios para las empresas que contraten a jóvenes entre 18 y 28 años; y tres días al año sin IVA, entre otros temas con un alto contenido social y eje central de las marchas. Este nuevo articulado hace que el proyecto de ley de nuevos tributos sea totalmente distinto al tramitado el año pasado y que la Corte Constitucional declaró inexequible por vicios de forma, lo que lo convierte en la segunda reforma tributaria de esta administración, pero esta vez con componentes sociales otrora ausentes en los proyectos similares que tienen que ver con los impuestos. El proyecto se ha rotulado como Ley de Crecimiento Económico para diferenciarlo de la pasada Ley de Financiamiento, ambas iniciativas que a la postre son simples reformas tributarias que modernizan el sistema impositivo colombiano y envían un mensaje de claridad a la banca multilateral y a las firmas calificadoras de riesgo.
Dijo el Presidente que “la idea es devolverle el 100% del IVA a las familias más vulnerables de Colombia, que hacen parte de 20% de nuestra población”, al tiempo que resaltó que se propone reducir, de manera gradual, los aportes de salud de los colombianos con pensiones bajas, los cuales pasarán del 12% al 4% en 2022. En lo que tiene que ver con los intereses de los empresarios, la iniciativa busca incentivar el primer empleo. Para Duque, “jóvenes que van a estar entre los 18 y 28 años de edad podrán ser contratados y quienes los contraten podrán tener una deducción adicional a la que hoy existe en la Ley para poder aumentar el número de empleos en el país (...) También anunció que Colombia tendrá tres días al año sin IVA, “donde las familias podrán adquirir, obviamente, con un monto, que será definido por los ponentes, principalmente artículos como vestuario, como calzado, útiles y, también, algunas tecnologías para los jóvenes”.
Ahora las decisiones están en el campo de juego de los congresistas, quienes deberán apurar la discusión sobre los nuevos impuestos y las medidas conexas. Ya no se puede sugerir que los senadores y congresistas aprueben sin discusión la nueva tributaria, pues muy poco tiene que ver con la de hace un año declarada inexequible por la Corte; este es simplemente otro proyecto que mejora lo hecho hace un año y que beneficia a los más pobres e incentiva a los empresarios para contratar personal mucho más joven. Es la primera propuesta tributaria con acento social en muchos años. Con esta iniciativa se matan dos pájaros con un mismo tiro: se corrigen los errores pasados y se desarma mucho de la presión social que ha sacado a miles de personas a las calles a reclamar medidas que los beneficien en lo económico. El escollo que hay que salvar tiene que ver con el apetito de los congresistas que llevarán sus propias ideas al articulado y convertirán el maltrecho sistema tributario colombiano en el tradicional Árbol de Navidad de cada año en el que todos le cuelgan sus regalos, muchos difíciles de conseguir.
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