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Cuatro frentes económicos se verán golpeados por la inminente recesión en el viejo continente.
Ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico atizó el fuego de la crisis de deuda pública de la zona euro al manifestar que no ha terminado, pese a la mayor calma de los mercados financieros en lo corrido del año y advirtió que los bancos del Viejo Continente se mantienen débiles, los niveles de deuda todavía siguen subiendo y las metas fiscales están lejos de ser cumplidas. Todo un baldado de agua fría para unas economías que buscan la manera de enviarle un mensaje de tranquilidad a los mercados financieros.
La organización compuesta por una treintena de economías desarrolladas explicó en su último informe sobre el estado de la economía europea y la situación de la moneda única, que mientras el sistema monetario camina hacia su segunda recesión en solo tres años, el grueso del grupo económico de 27 países necesita ambiciosas reformas estructurales y no puede haber margen para la complacencia. El documento enfatiza en que "la confianza del mercado en la deuda soberana de la zona euro es muy frágil (...) El panorama de crecimiento es anormalmente incierto y depende de manera crítica de la resolución de la crisis de deuda soberana".
Una luz al final del túnel encendida por la Ocde en su informe muestra que habrá un crecimiento del bloque de un 0,2% en 2012, en vez de una rotunda contracción tal como lo pronosticó el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea. "Los problemas son de confianza empresarial y de situaciones como la austeridad fiscal que reducen el poder adquisitivo de los hogares europeos, elevando el desempleo y dejando que la demanda de Estados Unidos y Asia sea clave para crecer (...) Las recesiones de este año en los países del sur de Europa podrían hacer difícil que los líderes de la zona euro y la Comisión Europea impongan sanciones sobre los estados miembros que incumplan sus metas".
El tratado de libre comercio entre Colombia y la Unión Europea, el envío de remesas de países europeos al nuestro, la baja expectativa de consumo de bienes y servicios exportados a Europa y la notable caída en el monto de inversiones europeas o desinversión en los mercados emergentes, son los cuatros frentes en los que se le pasará la cuenta de cobro a una economía como la nuestra.
Las autoridades económicas deben estar atentas a los hechos que se ocurren en Europa en materia económica y mirar en detalle los impactos en Colombia. Una muestra directa de que las consecuencias de la crisis son notables en esta región es la salida de emblemáticas empresas españolas de nuestro mercado como el Banco Santander y Planeta, y los crecientes problemas que empiezan a tener multinacionales de la talla de Telefónica en Perú.
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