Meteorólogos El Niño y la especulación de alimentos

Nada más peligroso que un pronóstico desacertado de los meteorólogos en la formación de los precios de los alimentos en un país del trópico como el nuestro. Ahora que las marchas campesinas han vuelto a las primeras páginas de los diarios vemos como los vaticinios del clima son un jugador invisible, pero fundamental a la hora de planificar las cosechas y hacer prospectivade abastecimiento en las ciudades, y hasta para pedir subsidios del Gobierno Nacional.

Esto tiene que ver con hipótesis de la profecía autocumplida de Robert Merton enla cual la creencia de que las predicciones, buenas o malas, terminan siempre produciendo el resultado de sus anuncios. Una sentencia que se aplica desde en la economía bajo la especulación. Ya sucedió en Colombia al final del año pasado cuando la autoridad meteorológica anunció que el Fenómeno del Niño afectaría al país el primer semestre de 2015. Posteriormente, cuando no sucedió, reculó y dijo que sería un Niño de mejor dureza y que se presentaría el segundo semestre del año. Ahora vuelve y plantea que habrá Niño hasta marzo de 2016. ¿Al fin qué? Los pronósticos del estado del tiempo, almejor estilo del Pastorcito Mentiroso, han generadouna ola de especulación enel precio de los alimentos y hasta peticiones de subsidios por parte de los productores agropecuarios (entre ellos los ganaderos) para enfrentarla situación.

Gran parte del rebrote inflacionario se debe a la variación en el precio de los alimentos en las grandes ciudades, pues los productores y los grandes abastecedores le creen a los medios de comunicación que a su vez usan como fuente veraz de información a la autoridad del clima. Es fundamental que se evite dar pronósticos contundentes sin bases sólidas, si no se hace un ejercicio científico serio. Ya los campesinos no usan el Almanaque Bristol con las fasesde la Luna para saber qué va a pasar. Ahorala penetración de los medios de información masivos, en todos los rincones de Colombia,es muy alta y el clima es uno de temas de mayor interés, lo cual se convierte en un imperativo para que los meteorólogos se tomen su labor científica con mayor seriedad, o al menos estén conscientes de su papel en la agricultura.

Hay una fina capa de información que mantiene unidos a los meteorólogos y a la especulación de precios. Desde la antigüedad, el clima y la economía son dos asuntos intrínsecos en la producción de alimentos, por lo tanto no deben ser asuntos ligeros, tratados son superficialidad por protagonistas de la información climática. Los ministerios de Agricultura y del Ambiente no deben ser ajenos a la manera cómo se está pronosticando el tiempo en Colombia. Debemos entender que puede haber un Niño acentuado en el Caribe, mientras que en los Andes puede haber un periodo lluvioso. Es clave el papel del Ejecutivo en esta situación.