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EDITORIAL

La oportuna diplomacia económica

sábado, 10 de julio de 2021

De la mano de la vicepresidente, el Gobierno emprendió la diplomacia económica al lado del sector productivo para enviar un sólido mensaje de apuesta por la reconstrucción

LR

Al Gobierno Nacional y al sector productivo le ha tocado que lidiar con una suerte de tormenta perfecta que se ha ido formando poco a poco desde marzo del año pasado cuando se declaró una pandemia mundial ocasionada por el covid-19. El comercio mundial cerró con el paso de los días, las factorías locales bajaron sus persianas para no exponer a sus trabajadores y los consumidores se fueron esfumando de las calles y los centros comerciales. Colombia no fue la excepción y vio caer su PIB en terreno negativo por primera vez en su historia reciente; cuando las cosas empezaron a mejorar, la nueva realidad sobrecogió al país con una inusitada ola de vandalismo y bloqueos que sembraron caos, obligando a archivar una reforma tributaria, disparar el endeudamiento externo y traumatizar al plan de vacunación. El veredicto de las firmas calificadoras de riesgo no se hizo esperar y la economía colombiana perdió el grado de inversión dado por dos de dichas firmas, coyuntura que obligó al Gobierno Nacional a hacer varios cambios en sus roles y funciones. Le entregó a la vicepresidente, Marta Lucía Ramírez, la tarea de mejorar las relaciones internacionales y reenganchó al exministro, Juan Carlos Pinzón, para que repitiera en la importante embajada en Washington y rediseñara la estrategia con el mandato demócrata ahora huésped de la Casa Blanca. Y solo en cuestión de días las cosas empezaron a mejorar, la nueva canciller logró descongelar el regalo de millones de vacunas hechas al país por Estados Unidos y convocó a un grupo de empresarios y líderes gremiales a una misión diplomática por la economía para visitar en Nueva York y Washington a importantes líderes de la banca multilateral, de los fondos de inversión, de las calificadoras de riesgo y de organismos multilaterales para contarles de primera mano cómo Colombia está haciendo la tarea para salir de esta crisis mundial que se ha ensañado con los países de la región latinoamericana.

Al Gobierno Nacional se le debe reconocer que ha sabido hacer giros de camino a tiempo y que la Cancillería no estaba funcionando; mucho menos la diplomacia en Washington, problemas identificados tarde pero solucionados con resultados elocuentes en muy poco tiempo. Quedan pocos meses para terminar esta administración -solo un año- un tiempo suficiente para entregarle al sucesor en la Casa de Nariño una tarea bien hecha, muy a pesar de las críticas circunstancias exógenas o externalidades que tuvo que sortear el presidente Duque y sus colaboradores. En economía va a ser muy difícil recuperar en solo doce meses el grado de inversión perdido con Standard & Poors y Fitch Ratings, aunque se está haciendo lo suficiente con la radicación de otra reforma tributaria la próxima semana para ser aprobada en la última legislatura y la oportuna diplomacia económica emprendida por la vicepresidenta Ramírez en Estados Unidos. Si bien tener nuevamente una buena nota crediticia y que los papeles colombianos se valoricen en el mercado secundario es cuestión de varios años, la administración central sí puede esforzarse mucho más en dejar las bases de la reactivación, brindar el clima interno para que el PIB vuelva a crecer más allá de 7% y para que se den las condiciones financieras que permitan controlar la deuda externa. Hay optimismo y gran credibilidad en las acciones del Gobierno.

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