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La discusión sobre el salario mínimo para el nuevo año ya comenzó con el alza para los congresistas, será muy complicado pedir ahorro
La decisión del Gobierno Nacional a través del Ministerio de Hacienda de subir el sueldo de los congresistas por decreto se convierte en el punto de partida para la discusión sobre el salario mínimo para este final del año. El ingreso básico de un congresista ronda los $24,700.000 y con el aumento subirá $1’151.020 adicionales para completar $25’851.000. Vale la pena decir que es el mismo porcentaje de incremento usado parala paga mínima de 2015 para cualquier trabajador de ingresos básicos, que fue de 4,6%, que asciende a $644.350 con un aumento de $28.350 respecto al año anterior.
La decisión no sienta bien en tiempos de resurrección de la inflación y ad portas de empezar un debate nacional sobre cuánto deben subir los salarios para el año entrante, que seguramente estará marcado por la crisis. Hasta hace un par de años, el porcentaje de incremento del salario mínimo se basaba en la inflación, proyectada para el año nuevo por parte del Banco de la República, más un punto de productividad, la cifra daba ligeramente por encima del Índice de Precios al Consumidor esperado. El objetivo no era otro de mantener a raya la inflación y no generar expectativasde incrementos en el costode vida por vía de mayores ingresos. Esa regla se viene debilitando en los últimos años pues la inflación esperada no se ha cumplido en algunas ocasiones y el salario ha subido menos, generándose una pérdidade ingreso neto.
La pregunta oportuna para el Ministerio de Hacienda es por qué no se empezó a hacer de una vez pedagogía sobre los salarios con los congresistas, pues no es muy popular explicarles a los colombianos de ingresos básicos que a los Senadores y Representantes se les sube 4,66% con retroactividad, mientras que seguramente las centrales obreras y los empresarios no se pondrán de acuerdo sobre el alza para el año entrante. Habrá un tiray afloje alrededor de 6% o 7%.
A los congresistas les encanta el populismo económico y lograron que su incremento fuera el mismo que el realizado a los colombianos de a pié, que ganan un salario mínimo, una conducta que respaldarán abiertamente en la próxima discusión de diciembre.
La diferencia es que los salarios mínimosde los trabajadores se pagan con dinerode los empresarios y cuyo peso es enorme en términos de costos fijos para ser competitivos, mientras que los ingresos de los congresistas es con dinero del Presupuesto Nacional, formado por los impuestos que también salen de los empresarios y los trabajadores formales.
No será fácil la discusión sobre el alza en el salario mínimo para 2016 dada la coyuntura económica y el rebote inflacionario, pero más compleja será si los congresistas ven en dicho incremento lo mismo que le harán a ellos meses después y con retroactividad.
Insistimos en que los congresistas deben dar ejemplo de austeridad y disciplina fiscal.
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