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EDITORIAL

El cambio de tercio de Maduro

lunes, 6 de mayo de 2013
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Desatar una disputa con el ex presidente Uribe es un claro cambio de tercio de Maduro para salir de su crisis interna

Desatar una disputa con el ex presidente Uribe es un claro cambio de tercio de Maduro para salir de su crisis interna
 
El chavismo en manos del presidente Nicolás Maduro ha dado una muestra de máxima astucia al desviar la disputa interna sobre el reconteo de votos hacia un confrontación binacional. La jugada no es nueva, viejos gobiernos venezolanos siempre se han hecho fuertes en disputas domésticas generando crisis con su vecino más cercano. Y eso se puede demostrar si hacemos una cronología a las diferentes crisis del Golfo de Venezuela o los islotes de Los Monjes. Alborotar a los más de tres millones de colombianos que viven en Venezuela y que se han beneficiado muchos de las políticas asistencialistas del chavismo es una movida de fichas políticas que deben poner a pensar a la administración Santos para no caer en la tentación.
 
Maduro insulta y agrede al ex presidente Uribe porque sabe que el viejo mandatario de los colombianos no se quedará callado frente a sus palabras y meterá a los dos países en una pelea que ya habíamos pasado. Es una prueba de fuego para Santos que logró en pocos meses recuperar gran parte del comercio binacional destruido en épocas de Chávez y Uribe. Venezuela poco a poco se convierte de nuevo en un mercado natural e importante en materia de cifras que ya rondan los US$3.000 millones de intercambio y con tendencia a mejorar donde el mayor beneficiado es Colombia. En época de tratados de libre comercio no se puede pelear con un mercado tan jugoso y que históricamente ha sido provechoso para nuestra balanza comercial.
 
Obviamente, los aspectos políticos en este periodo pueden afectar el intercambio comercial conseguido, o mejor recuperado. Es por eso que la defensa del ex presidente Uribe se debe hacer con alta diplomacia y sin entrar en insultos y agravios que pueden perjudicar la economía nacional y más aun la de frontera santandereana. El recientemente nombrado presidente venezolano está cambiando la agenda de los dos países y corre el peligro que caigamos en la trampa de hacerlo fuerte en su política interna a costa de volver a sacrificar a los empresarios colombianos que exportan a ese país.
 
Venezuela, hoy por hoy, es una economía complementaria a la colombiana y justamente exportamos eficientemente lo que ellos no producen y eso hay que aprovecharlo, y se ha aprovechado durante varias décadas. Las exportaciones del vecino país son totalmente petrolera y superan los US$90.000 millones, dinero suficiente para mantener una economía populista y subsidiada, pero ese es un problema interno de ellos en el cual no debemos meternos como país. Debe haber consciencia nacional de que Venezuela es nuestro mercado natural por excelencia y que llevar a ceros el intercambio de productos y servicios acarrearía un verdadero problema económico.
 

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