De Ley de Financiamiento a Ley Tributaria

El viernes de la semana pasada terminó el ciclo anual de la declaración de renta, que, a pesar de lo complicado que es esta obligación, superará con creces las metas establecidas por la anterior administración. La llamada “declaración y pago del impuesto de renta”, por parte de personas naturales, es una actividad que toma mucho vuelo año tras año y que, si se hace un análisis comparativo de esta creciente obligación tributaria, no puede haber un rostro distinto en la Dian que el de la satisfacción. La conclusión es muy simple: cada vez más colombianos pagan más impuestos y las cifras de este año resultarán ser más satisfactorias de las esperadas. Todo un parte de victoria que debe decirles algo a las autoridades nacionales, pues desde hace unas tres décadas, el grueso de quienes pagan tributos cumplidamente sigue siendo casi el mismo, y no hay a la vista estímulos para los buenas pagas y sobre quienes recae una buena parte de la tributación nacional. El gran monto lo pagan las empresas, luego todos los consumidores con el IVA y el cuatro por mil, y por último los declarantes de renta que cada vez pesan más en los ingresos del Estado central.

Esta semana seguramente la Dian dará a conocer el total de recaudo por declaraciones de renta, que ascendería a $2,5 billones, casi un 23% más de lo proyectado inicialmente. Esa buena gestión es consecuencia de la última reforma tributaria que limitó a 40% el techo de la suma de todas las exenciones y deducciones que se podían realizar. El próximo año esta cifra podría acercarse a $3 billones fácilmente, razón por la que la Ley de Financiamiento que prepara el Gobierno Nacional debe considerar los antecedes de estos incrementos para no ir a canibalizar a los mismos contribuyentes de siempre. Cada vez más se controlan los ingresos por trabajo, pensiones, capitales, no laborales, dividendos y participaciones, una claridad que ayuda, pero no alivia los bolsillos de las familias.

Alrededor de tres millones de personas declararon hasta el pasado viernes, unos 350.000 contribuyentes adicionales, pues para anteriores periodos no llegaban a los 2,5 millones. Todos estos cambios en la declaración de renta deberán ser tenidos en cuenta por la Dian y el Ministerio de Hacienda en la estructuración del articulado que se debe presentar al Congreso en menos de dos semanas para que haya un lapso de seis semanas para ser debatido en las comisiones conjuntas del Congreso. Con su Ley de Financiamiento el Gobierno buscará unos $14 billones para asegurar las obligaciones del recientemente aprobado Presupuesto General de la Nación del próximo año, estipulado en $259 billones. Algo nuevo debe traer la Ley de Financiamiento para diferenciarse no solo en semántica de una nueva reforma tributaria; esta debe traer más “zanahoria que garrote” para las familias y las empresas; cosas como generalizar un IVA de 16% o 17% - es decir, bajarlo del actual 19%, pero ampliarlo- esa sería una solución casi salomónica, el problema es la discusión populista tanto en la Cámara como en el Senado; siempre se sabe cómo entra el articulado al Congreso, pero nunca cómo sale. Durante la última discusión tributaria, llamada estructural, el Gobierno llegó con 250 artículos y el proyecto que se convirtió en ley rondó los 400. Incluso hay artículos de viejas reformas tributarias que aún no han sido reglamentados.