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EDITORIAL

Blindar las cámaras de comercio

sábado, 8 de junio de 2013
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La prioridad debe ser blindar a las cámaras de la voracidad política o de quienes quieren usarlas para su beneficio

La prioridad debe ser blindar a las cámaras de la voracidad política o de quienes quieren usarlas para su beneficio
 
Desde su creación, a finales de los años sesentas, las cámaras de comercio se han ganado un espacio importante en el impulso del desarrollo regional, en la promoción de los negocios y el apoyo de acciones cívicas que de otra manera sería difícil adelantarlas. Así, las cámaras de comercio son más que meros voceros de los comerciantes, pues no solo manejan recursos públicos, sino que son por excelencia el instrumento del sector privado para promover el desarrollo local y regional al no representar a un sector específico, sino a toda una comunidad empresarial con fuerte arraigo cívico. 
 
Por ello, ocupar un escaño en las juntas de esas entidades les da a sus titulares una especial representatividad y visibilidad en los destinos de la ciudad o región respectivas. Pero ese poder e influencia hay que usarlos adecuadamente y no siempre está ocurriendo así. En ese orden, la gobernabilidad de las cámaras debe estar sujeta a unas reglas que garanticen la total transparencia de los procesos y a evitar que sean utilizadas con criterios de tipo político o electoral. 
 
Por eso adquiere una especial importancia la decisión del gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Comercio en coordinación con Confecámaras, de preparar un proyecto de ley que establezca los requisitos y calidades de los miembros de la junta directiva y la forma de elegirse, así como las características para que los entes empresariales puedan participar en los procesos electorales que se realizan cada dos años.
 
Las autoridades y entes de control conocen los casos en los que se ha abusado del poder o se han dado prácticas dudosas o de violación de las normas. La situación de Barranquilla es la más conocida y a la que se ha hecho más seguimiento. Pero no es la única, así sea la de mayor impacto y proporciones.  
 
La situación que vive Ibagué no da para que su clase dirigente y los miembros de la junta de la cámara estén en disputas por pequeñas prebendas y enfrascados en discusiones que poco o nada tienen que ver con la labor que se les ha encomendado ya sea por el gobierno o por sus propios afiliados. La ciudad tiene el desempleo por encima del promedio, la mayor tasa de trabajo infantil, uno de los más altos subempleos y un crecimiento pobre en los últimos seis años.
 
De los miembros de las juntas de las cámaras, hay una tercera parte que son designados por el gobierno nacional como sus representantes y que se pensaría responden a unos intereses muy concretos que conectan al gobierno central con la región respectiva, pero no es así.  Los nombres son muchas veces presentados por la dirigencia política para la designación oficial, con lo cual se está cumpliendo con parte de la cuota burocrática. Y eso hace daño porque tales personajes responden a sus jefes políticos y no a los intereses de la comunidad.
 

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