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¿Qué piensa el presidente Santos?

viernes, 15 de marzo de 2013
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Entre las muchas y variadas propuestas que hacen las Farc y que están consagradas en un documento entregado a los congresistas que fueron a escucharlas en la Habana, llaman la atención algunas partes que ellos proponen para “el desarrollo rural y agrario de Colombia”.

 
Una de estas propuestas es la que se refiere a cultivos legales de marihuana, amapola y hoja de coca, y sustitución de cultivos de uso ilícito para transitar hacia producciones alternativas o de sustitución o para su legalización, atendiendo fines medicinales y terapéuticos o razones culturales.
 
La sustitución de cultivos ilícitos por producción de alimentos como cacao, café, banano no es tema nuevo ni tiene origen en las propuestas de las Farc. Desde hace años se viene desarrollando en el país esta estrategia que debe profundizarse con mayores recursos para ofrecer al campesino cocalero una verdadera alternativa de producción que dignifique a su vida familiar. Frente a esta política es mucho lo que falta por hacer, sin duda porque el Estado ha sido mezquino en destinar suficientes recursos para sustituir la vida de penurias en que viven muchos de nuestros campesinos, por una vida con dignidad. Después de la erradicación de los cultivos ilegales no se puede abandonar al campesino sin alternativas viables de producción pues, más temprano que tarde volverán a su antigua producción cocalera para proveerse los recursos de su supervivencia.
 
La propuesta de las Farc, de legalizar los cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca para fines medicinales y terapéuticos o razones culturales, sí es de su propia cosecha.
 
Frente a esta propuesta debemos decir que ello conllevaría a legalizar medidas que terminen alimentando un negocio ilícito como es la exportación de droga a buena parte del resto del mundo. Lo que se conseguiría al poner en práctica esta propuesta es que cese la persecución de las fuerzas del orden a muchos de quienes se dedican al negocio del narcotráfico. De otra parte, la legalización de la producción de las drogas ilícitas estimulará el consumo y cobrará nuevos adictos, especialmente entre nuestros jóvenes. Veremos seguramente desfilar también hacia nuestro país, tal como sucede en Holanda, jóvenes adictos de otras partes del mundo en búsqueda del paraíso del consumo de drogas en que se convertirá Colombia, que se derivará de la propuesta de las Farc.
 
Por otra parte los productores de medicamentos y tratamientos terapéuticos no necesitan para producir sus fármacos de la legalización de amplias zonas de cultivos ilícitos. La mayoría de los medicamentos que consumimos los humanos no están elaborados con cocaína, amapola o marihuana. Los precios altos deben reducirse sustancialmente a través del comité de control de precios de medicamentos cuya junta la componen: un delegado del Presidente de la República, el  Ministro de Industria y comercio y el Ministro de Salud, comité que por mucho tiempo ha sido indiferente ante los altos costos de los medicamentos en Colombia.
 
Sería bueno que el presidente Santos nos dijera qué piensa de la propuesta de las Farc sobre la legalización de los cultivos ilícitos ya que, nos anuncia con frecuencia avances y acuerdos en los diálogos pero no nos ha dicho el contenido de las materias acordadas.

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