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ANALISTAS

Propuesta gremial al sistema de pagos de la leche

miércoles, 29 de abril de 2015
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Transcurridos tres años de vigencia del sistema de pago a los productores de leche, han surgido voces de descontento desde los productores ante la posibilidad que no se les haga ningún reajuste en los precios de la leche en el año 2015. La incidencia de la devaluación en los costos de producción en lo corrido del año agudiza esta preocupación y plantea interrogantes respecto a la pertinencia del actual sistema de pago.

Algunas consideraciones deben ser observadas en este cuestionamiento al sistema de pago vigente para la leche. De una parte, la necesidad de mantener un sistema de pago a los productores, dada la existencia de múltiples vendedores y pocos compradores con capacidad para definir los precios de la materia prima.  En segundo término, la negativa de la industria para aceptar reajustes de precios en épocas de bajos precios internacionales, cuando tales industrias tienden a acumular inventarios. Por otra parte, la alta correlación entre los precios del petróleo y de la leche, no crean un entorno favorable a los reajustes de precios a corto plazo.

Adicionalmente, nuevos desafíos del panorama ponen a prueba la fortaleza y vigencia del actual sistema de pago como estos: primero, la necesidad de profundizar y especializar eslabones de la cadena láctea, que se mantienen hasta el presente en niveles altamente informales, como es la producción de lácteos para uso intermedio en la industria alimentaria, en particular en el caso de los quesos industriales . Cerca de una quinta parte de la producción nacional de leche se destina a la oferta de quesos industriales informales.

Segundo, la posibilidad y necesidad sentida de desarrollar una oferta especializada de lácteos para mercado social, como son los programas alimentarios para niños y personas en condiciones de pobreza y miseria, a ser provista por los productores colombianos a precios competitivos. 

En tercer lugar, el establecimiento y consolidación de infraestructura de procesamiento para abastecer las demandas urbanas crecientes en ciudades con un previsible desarrollo y crecimiento de núcleos localizados en el sur , norte y oriente del país.

 Algunas voces de industriales han planteado la suscripción de contratos de proveeduría; sin embargo, tal posibilidad tendría que garantizar y respetar el escenario de una negociación colectiva de precios al productor (para evitar el abuso de posición dominante) y a la par,  establecer ámbitos o franjas de cumplimiento flexibles por parte de los productores en algunas condiciones esenciales que son necesarias en los contratos de proveeduría, como son volúmenes  de oferta  y crecimientos futuros y calidad. El cambio climático y la disparidad tecnológica ameritan tales franjas de cumplimiento.

Adicionalmente, se podrían contemplar dos reajustes a los productores,  a comienzos de año y hacia el segundo semestre, lo que aliviaría en gran manera las necesidades de liquidez en épocas de aumentos acelerados de costos de producción. 

Otra alternativa a ser estudiada es la especialización de cada una de las regiones: la región 1 en la oferta para lácteos de consumo directo, y la región 2 en la oferta de lácteos para mercados intermedios industriales e institucionales así como para el mercado social. De esta forma el sistema de pago sería diferente con una modificación de los componentes del sistema para cada región.

En cuanto a los contratos, serían materia de pilotos, en el marco de regulaciones generales de precios y sistema de pagos establecidos. Probablemente  habría una interesante posibilidad de trabajar la participación de los productores en la propiedad de las empresas lácteas o en los beneficios de la actividad, como lo hacen algunos ingenios en el Valle con los proveedores de caña.   
 

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