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Las tres formas como México impulsa la economía de EE.UU.

miércoles, 8 de agosto de 2012
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A medida que la economía de Estados Unidos permanece débil y Europa sigue estando al borde de la crisis, los estadounidenses están buscando desesperadamente nuevas fuentes de crecimiento. Algunos sugieren que centremos nuestros esfuerzos en China e India, pero en lugar de enviar nuestras exportaciones, inversión y puestos de trabajo a Asia, podemos hacer las cosas mejor manteniéndolas en el hemisferio occidental. La relación de EE.UU. con México nos muestra el camino a seguir.

La economía mexicana está creciendo constantemente y ha sido un factor importante en la recuperación económica de EE.UU. aumentando nuestras exportaciones y creando puestos de trabajo. Tenemos que replicar esta relación con otras economías de América Latina, particularmente con Colombia.

¿Qué hace que la relación económica entre Estados Unidos y México sea tan única? Todo está relacionado con la producción compartida y la inversión bilateral. Un informe esclarecedor de Christopher Wilson, investigador del Centro Woodrow Wilson, muestra que el aumento del comercio y la inversión entre los países de Norte América ha creado un círculo virtuoso que beneficia a trabajadores y empresas en ambos lados de la frontera.

Aquí hay tres formas principales en las que México está impulsando la economía de EE.UU.

Comercio. Alrededor de 6 millones de empleos en Estados Unidos (o uno de cada 24 trabajadores) dependen del comercio con México. Wilson estima que alrededor de 144.000 nuevos empleos fueron creados en Estados Unidos durante 2011 como resultado del crecimiento económico de México. Alrededor de US$1.400 millones en comercio cruza la frontera cada día. El crecimiento de la clase media mexicana ha aumento la demanda de bienes de Estados Unidos e incluso los productos mexicanos has beneficiando al país.

Wilson lo describe así: “mientras que las importaciones procedentes de la mayor parte del mundo son lo que parecen - productos extranjeros, no se puede decir lo mismo de las importaciones procedentes de México.” De acuerdo con el Wilson Center, 40% de las importaciones mexicanas a los EE.UU. son hechas en EE.UU. Ya no se describen como  “Hechas en EE.UU.” o “Hechas en México”, sino como “Hechas en Norte América”. Durante los procesos de producción, partes y materiales cruzan la frontera varias veces, y aproximadamente el 40% del valor de los monitores de computadores o de motores de aviones mexicanos proviene de contenido hecho en los EE.UU. por los trabajadores de EE.UU. y las empresas estadounidenses.

Carros. México ha salvado a Detroit. México es un eslabón clave en la fabricación de automóviles de la cadena de suministro de GM, Ford y Chrysler, permitiéndoles seguir siendo competitivos en el mercado global. Se estima que las partes de los carros construidos en Norte América cruzan la frontera de Estados Unidos en ocho ocasiones mientras se producen. México es una gran fuente tanto de partes de automóviles de bajo costo como de mano de obra. Cuando un Ford se exporta a Europa o Asia, ambos países se benefician.

El informe del Centro Wilson muestra que 175.000 puestos de trabajo en el estado de Michigan dependen del comercio con México. Según la Oficina de Información de Comercio e Industria, el área metropolitana de Detroit exporta más productos a México que a cualquier otra ciudad de EE.UU..

Inversión. Las empresas mexicanas están invirtiendo alrededor de US$13.000 millones en los EE.UU. Esta inversión apoya a una serie de empresas y miles de puestos de trabajo. Por ejemplo Cemex, la empresa productora de cemento, cuenta con fábricas en 32 estados. Panadería Bimbo  tiene una sede en Pennsylvania, y pagó recientemente alrededor de US$1.000 millones para adquirir el negocio de panadería de Sara Lee en Norte América. Carlos Slim es un importante inversionista tanto en el New York Times como en Saks Fifth Avenue.

La relación México-Estados Unidos, a pesar de sus defectos, ofrece un buen modelo para la mejora de la competitividad en el resto de la región. Mediante la vinculación de las cadenas de suministro y la inversión en la región se pueden fabricar productos que puedan competir en el mercado global, crear empleo y mantener el valor en el hemisferio.

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