.
ANALISTAS

La nueva política empresarial

miércoles, 26 de agosto de 2015
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

La última asamblea de la Andi estuvo rodeada de múltiples informaciones triviales: que si la Ministra Cecilia Álvarez-Correa le hizo buena o mala cara a Bruce Mc Master; que si hicieron las paces; que si el Presidente estaba disgustado con la Andi o no; que si el video de “compra colombiano” fue oportuno proyectarlo. Y así por el estilo.

Más allá de estas noticias episódicas y en el fondo sin mayor importancia, el hecho realmente significativo pasó desapercibido. Me refiero al magnifico documento que presentó la Andi titulado “Estrategia para una nueva industrialización”, que constituye un decálogo moderno  sobre lo que debe entenderse por una política industrial. ¿Que es de destacar de este importante documento?

En primer lugar, la política industrial que allí está bosquejada no es la tradicional, según la cual, el Gobierno o una alta autoridad señalaba a dedo sectores ganadores y perdedores. A los primeros los colmaba de subsidios y apoyos mientras a los segundos los dejaba abandonados a su suerte.

Esta no es la visión que surge del documento de la Andi que reclama políticas públicas en lo tributario, o en la reducción de lo que se denomina “costo país”, pero para todo el mundo: no para unos sectores privilegiados y para otros no. El documento, comienza por reconocer la profunda crisis por la que ha pasado el sector manufacturero. Un solo dato sirve para ilustrarlo: durante los últimos ocho años el sector industrial solo ha crecido 0,6% promedio año, mientras que el conjunto de la economía lo ha hecho a una tasa de 4,2%.

No se pide una política industrial donde se señalen a dedo subsectores ganadores y perdedores. Pero sí reclama una estrategia explícita de industrialización para Colombia. Una estrategia que nos permita ir haciendo el tránsito del énfasis minero energético que ha caracterizado el desarrollo del país hacia una economía más diversificada y equilibrada. Se resalta lo que ya es una verdad aceptada en todos los círculos académicos: Colombia viene sufriendo desde hace algunos años una aguda “enfermedad holandesa”.

Me pareció de inmensa importancia cómo el documento de la Andi destaca que uno de los subsectores con mayores posibilidades en el país es el de las agro-industrias. Esto permite visualizar un vínculo virtuoso entre lo industrial y lo agrícola-pecuario.

Colombia, puede ser un jugador importante en el comercio internacional a través precisamente de productos provenientes del agro pero con valor agregado incorporado a través de procesos industriales.

El documento Andi no pide subsidios específicos, pero sí reclama una política tributaria más racional que la que se ha organizado disparatadamente, sobre todo a partir de la reforma tributaria de 2014. Que elevó las tarifas empresariales a niveles desmesurados, y, que más que recaudos adicionales están generando desánimo y migración de organizaciones.

En base a una encuesta que hizo la Andi entre 253 empresas con ingresos de $125 billones anuales, la tasa efectiva de tributación empresarial alcanza el escalofriante porcentaje de 72,3%; y si se excluyen los parafiscales y los demás pagos de seguridad social, la tributación empresarial anda por niveles de 69,6%. Con toda razón la Andi vuelve a reclamar una reforma tributaria integral, sin haber sido escuchada por el Gobierno que por fin se está dando cuenta, aunque tardíamente, del profundo error cometió con la reforma de 2014.

Un buen documento, en síntesis: no para que el Gobierno se moleste, sino más bien para que lo lea con sentido auto crítico y constructivo.
 

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA