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ANALISTAS

El precio del café y respuesta a Eduardo Lora

domingo, 8 de marzo de 2015
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El precio del café esta semana continuó siendo motivo de gran preocupación para todos los caficultores de Colombia. Los caficultores, con razón, se preocupan cuando los precios de referencia se desploman y la volatilidad del mercado es tan grande como la observada en los últimos años.

Como bien lo expresaron los delegados al pasado Congreso Cafetero, es necesario buscar soluciones inteligentes, sostenibles y creativas para reducir nuestra vulnerabilidad a los cambios en los precios y gestionar más eficientemente nuestros costos de producción.

Las diversas iniciativas que buscan estos propósitos, constituyen la agenda permanente tanto del Comité Directivo como del Comité Nacional, que se ocupan de buscar y concertar las políticas mas adecuadas para no perder lo ganado y consolidar a la caficultura como uno de los ejes de desarrollo rural que el país necesita.

Sin dejar la preocupación por los precios, tenemos que resaltar que en aquellos factores que controlamos efectivamente hemos hecho la tarea. Como un gran logro institucional, resultante de la articulación de acciones y voluntades entre caficultores, Federación y Gobierno Nacional logramos una reconversión cafetera, que aumentó la productividad de las plantaciones significativamente, que ya se ubica por 15,4 sacos de 60 kilos por hectárea.

Es así como en el pasado mes de febrero el país produjo 1,1 millones de sacos de 60 kilos (18% más que febrero del 2014). Las cifras de tendencia confirman que el haber renovado más de 3,250 millones de árboles de café han permitido recuperar la producción a nuestros niveles históricos, alcanzando una cosecha en los últimos 12 meses (marzo 2014-febero 2015) de 12,4 millones de sacos (10% más que los doce meses precedentes).

Estos logros son producto de una institucionalidad fuerte, dinámica e incluyente que está enfocada a aportar la mejor calidad al consumidor a la vez que aumentar las ganancias del productor. Es por ello que resulta un tanto extraño que algunos analistas hayan emprendido una singular campaña para desprestigiar la institucionalidad cafetera, como si con ello quisieran borrar de un plumazo lo que se ha venido haciendo durante años.

Digo esto porque en fechas recientes, el analista Eduardo Lora desde la comodidad que le brinda ser burócrata internacional, para defender su participación en llamada Misión Cafetera y su concepto pagado con recursos de los cafeteros, que recibió sin objeción alguna, clama en un artículo en defensa del contraevidente informe, elaborado mayoritariamente por expertos que como bien los llama Krugman, son "vendedores de políticas económicas".

El señor Lora insiste en desmontar lo que llama de manera peyorativa "la institucionalidad" con lo que da libre el espacio para que sea el propio mercado el que defienda a nuestro productor y cuando este llegue a la plaza de cada municipio con su producto se lo paguen "los mayoristas de las multinacionales" al precio que les provoque, si es que les apetece comprar ese día, y si es que existe puesto de compra.

A todas luces esta receta conducirá indefectiblemente a la ruina del caficultor, lo que para entonces será una mera estadística sobre un nuevo fracaso de esa "mano invisible del mercado" que ha sumido a millones de productores del agro en la miseria. Será entonces para  los burócratas internacionales como el señor Lora, un registro más o una cifra, tal vez una columna de opinión que terminará en algún anaquel de su casa de habitación en Maryland o en Virginia.

Desde que asumí con orgullo el puesto de Gerente General de la Federación estoy empeñado en buscar lo que más le convenga a este gremio en donde he trabajado más de 23 años. Nada me detendrá para llegar a la solución que sea la más pertinente, es decir, la que más le convenga a nuestra propia institucionalidad. Jamás he sido amigo de los sectarismos ni he tenido oídos sordos a las críticas.

Por el contrario lograr acuerdos, proponer salidas y encontrar caminos de unidad, son fortalezas que como administrador de formación he querido transmitir a toda nuestra cadena productiva. Por ello no me distraerán las palabras necias menos cuando los resultados están a la vista de todos. Además tengo siempre presente la máxima del pensador romano andaluz Séneca: “Todo concluye, pero nada perece".

Antes de finalizar esta carta quisiera enviar un mensaje especial a todas las mujeres que son el pilar de las familias cafeteras del país y hacerles un homenaje por el importante papel que desempeñan en la caficultura, y en el desarrollo rural de Colombia.

Sea esta la oportunidad para recordar que la Federación Nacional de Cafeteros no ha sido ajena a la promoción de los derechos de las mujeres cafeteras, de hecho es  una de sus prioridades, por eso creó el “Programa Mujeres Cafeteras”, cuya misión es promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres por medio de la implementación de una política integral de equidad de género transversal a la institución, que fomente el empoderamiento de la mujer con un enfoque de género, derechos y familia para fortalecer y mejorar la calidad de vida de  las mujeres y familias.

Cada vez son más las mujeres que pertenecen a nuestro gremio y se han ganado un puesto de honor por su trabajo, disciplina y dedicación. A todas ellas van los nutridos aplausos que se merecen en su día.

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