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ANALISTAS

El alcance político de la ciencia en Colombia

miércoles, 3 de septiembre de 2014
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En el libro Sociedad y Economía, Max Weber, hace énfasis en la distancia que existe entre educación y política, y que para el escrutinio general, es muy complicado ser buen educador y a la vez buen político, por cuanto combinadas de manera improcedente, puede generar los mayores vicios. Si, se retoma dicho planteamiento frente a lo que sucede con la Dirección Científica de Colombia a cargo de Colciencias y, lo que al respecto se registra en las Instituciones de Educación Superior (IES), la situación planteada por Weber aún está profundamente reinante y vigente, y sin asomo de claridad, para lo que respecta a la relación  de ciencia y la política.

Colciencias aglutina todos los esfuerzos en el que por algún tiempo la investigación en el país estuvo diseminada en institutos que ya no existen como el Iderena, y que con su desaparición le fueron encomendadas dichas entidades a dicho instituto, hoy Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI). En las IES, la investigación igualmente corre por cuenta de los llamados “gomosos o iconoclastas”, que preocupados por el saber, extienden su quehacer de la sola transmisión de conocimiento, logrando cubrirse con el manto de científicos o investigadores. No obstante, en ambos casos la tarea continúa siendo solitaria.

A pesar del llamado ajuste a escala de departamento Nacional de CTeI (Ley 1286 de 2009), Colciencias no cuenta con una política Nacional de CTeI con alcance regional y territorial, y el recurrente llamado a más recursos o la falta de estos, implica que no se han hecho tareas o que falta mucho más por cumplir, y que no se ha avanzado como debería. De otro lado, el importante esfuerzo de evaluar grupos y profesores investigadores aún tiene fisuras para algunos, por cuanto, no responde a la realidad de cada grupo de investigación o de los investigadores. No obstante, la prioridad de clarificar en el país quienes se dedican efectivamente a la ciencia e investigación realmente y, no solo por descargas de tiempos.

En el mundo académico también se despliegan intereses, lógicos dentro de la maleabilidad humana, para el que la ciencia también pretende ser colegiada, como si se tratara de otro terreno fácilmente conmensurable. De allí, la importancia que deben tener las IES, para comprender por cuenta de ellas mismas y luego para el sistema de CTeI, que implica el contar con docentes investigadores y/o docentes académicos, más no por descargas de tiempo o esporádicos esfuerzos investigativos. La investigación es permanente, y como noble que es, impide que aparezcan malversaciones sobre lo que no es ciencia o el quehacer del investigador. 

Una de las preguntas que rodea al mundo académico radica en la necesidad de traer o formar investigadores. Ambos frentes son necesarios, sin embargo, persiste cierta timidez por cuenta de las IES a la hora de encarar con contundencia la razón de ser y sentido de la investigación en la Universidad. A su paso, la importancia de definir claramente quienes de los docentes o profesores, se dedicarían exclusivamente a la docencia y quienes a la investigación. El lograr la perfecta combinación de ambos, corre por cuenta de la claridad que tengan particularmente las IES. Lo importante, es que también pueda profundizarse en cuanto a lo que implica ser académico, científico e investigador por cuenta de la misma política científica.

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