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ANALISTAS

¿Cuáles vacas gordas?

miércoles, 19 de marzo de 2014
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Este país es inmediatista. ¿Cómo se puede hablar de vacas gordas cuando el precio del café hoy supera en solo un 10% los costos de producción -sin garantía de que se sostenga- y la cosecha principal ya fue vendida dejando pérdidas a muchos caficultores que no recibieron la totalidad de los subsidios? Si no hubiese sido por el oportuno apoyo del gobierno habríamos desaparecido como ya desaparecieron 200.000 cafeteros que solo existen en estadísticas desactualizadas y piden limosna en los semáforos.

¿Cómo puede hablarse de vacas gordas si ya debían de haberse dado las floración para la cosecha 2014-15 y solo han habido mínimos “chispeos malos” como decimos los cultivadores? No ha habido el suficiente verano para el estrés hídrico requerido para inflamar las yemas florales.

¿Cómo puede hablarse de vacas gordas si durante dos décadas y media solo se han tenido mínimos y cortos periodos de precios rentables? Los malos precios tumban lentamente la producción y los precios rentables la sobre estimulan rápidamente en aquellos países de bajo costo de mano de obra o cultivos mecanizados como Brasil.

¿Cuáles vacas gordas si el gobierno nos amenaza con no deducirnos los gastos si pagamos a cosecheros y contratistas en efectivo y ninguno tiene cuenta bancaria ni los bancos capacidad de atenderlos por ventanilla? Además, con un costo excesivo.

Además, durante muchas décadas, se les retuvo a los campesinos cafeteros más de 50% de los ingresos brutos bajo la falsa promesa de que era un ahorro para las crisis y cuando estas llegaron no existía un solo peso? ¿Qué se hizo ese dinero?  ¿Qué organismo estatal investigó dónde se habían perdido miles de millones de dólares retenidos como falso ahorro a campesinos que por esta razón siempre han vivido y  muerto en el más lamentable endeudamiento y miseria?

Las vacas gordas nunca han existido para los campesinos cafeteros colombianos. Ni van a existir al menos de que tomemos conciencia de que el sector rural también es Colombia.

Tenemos que romper el inmediatismo. Tenemos que pensar a más largo plazo. Tenemos que buscar soluciones. La primera de ellas es romper el monocultivo de las plantaciones de café e incentivar cultivos de “pan coger” que garanticen la subsistencia de los campesinos. La segunda es garantizar oportunidades a los campesinos con educación, vías, salud, tecnología, etc. que son responsabilidad del Estado y no de los cultivadores vía “contribuciones” parafiscales cuya mala administración y fastuosas oficinas consume 90% de estas.

El expresidente Gaviria afirmó: “los buenos precios del café deben de ser en su totalidad para sus cultivadores” y después como presidente nada hizo para ello. Solo ocho años después el ex presidente Pastrana creó la Comisión de Reforma a la Institucionalidad Cafetera que recomendó la reducción de las “contribuciones” desde un 50% del precio internacional a solo cuatro centavos y el Presidente Uribe las fijó en los actuales seis centavos de dólar por libra.

Pero Gabriel Silva quien conformó la Comisión insistió sin descanso en incrementarla, durante su gerencia de la institucionalidad,  para cubrir las gigantescas perdidas en la exportación de café por parte de la Federación y los excesivos gastos de su populista gestión. 

Y así sucesivamente promesas  y promesas e incumplimiento tras incumplimiento.

Hasta que nació Dignidad Cafetera a oponerse al incremento de las “contribuciones -impuestos” y el gobierno tuvo que intervenir con una nueva Comisión del Café que tiene el propósito de actualizar de una vez por todas la función  institucional y una Misión Rural que tiene mandato claro de dar soluciones integrales para el campo. Esperamos que en esta oportunidad si se ejecuten las necesarias políticas  que requiere el maltrecho y descuidado sector rural. 

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