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Acceso vs. mandato

lunes, 27 de febrero de 2012
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Obligar a las compañías de seguros a ofrecer cobertura de pastillas anticonceptivas en Estados Unidos es más un costo que un beneficio.
La controvertida decisión

El pasado 20 de enero la Secretaria del Departamento de Salud de Estados Unidos Kathleen Sebelius anunció en un comunicado la nueva regla que requerirá a las compañías de seguros incluir servicios de contraceptivos sin que el asegurado pague un copago, co-seguro o deducible. Algunos estados lo tienen - 28 de 50 estados-, pero como la decisión es federal se haría en todos sin excepción.

Lo que generó controversia fue esto: "las organizaciones sin fines de lucro, basadas en sus creencias religiosas tendrán hasta el primero de agosto del 2013 para cumplir con la nueva ley. Este año adicional le permitirá más tiempo y flexibilidad adaptarse a la nueva regla."

La reacción de los grupos religiosos fue instantánea. Críticos se quejaron que ciertos grupos religiosos deben estar exentos de la nueva ley por razón de libertad religiosa.

La obligatoriedad del control de natalidad y drogas que inducen al aborto viola la primera enmienda de la constitución sobre el ejercicio de libertad religiosa.

Aunque la ley fue declarada como final, la controversia generada - y en un año electoral- llevó a la administración de Obama anunciar que buscaría un compromiso donde no obligue a las iglesias. Pero, debido a otra ley que obligaría a los empleadores ofrecer seguros de salud, todos estarían obligados incluyendo las organizaciones con base en creencias religiosas.

Razones económicas que no justifica el mandato

Aunque pueden existir argumentos a favor de los controles de natalidad y contraceptivos o argumentos a favor de la violación a la primera enmienda sobre libertad de ejercicio religioso, es como dice John H. Cochrane profesor de finanzas de la Universidad de Chicago, ambos argumentos están perdiendo el punto principal del debate: ¿por qué el Gobierno tiene que hacer obligatorio que todos compremos seguro de salud para cubrir gastos regulares y predecibles?

Los seguros que suponen un contrato donde la compañía paga por altos gastos no anticipados a cambio de una prima. Por ejemplo la pérdida de una propiedad por un incendio, un auto robado, un accidente o gastos médicos inesperados. ¿Pero por gastos pequeños, regulares y predecibles? No.

Por eso es que la compañía de seguro no cubre el gasto de gasolina o el gasto de la pasta dental anual. ¿Te imaginas que paguemos US$50 ó US$ 100 más en prima para cubrir un gasto tan variable como el consumo de gasolina? No solo sería un alto costo de burocracia para la compañía, todos terminaríamos pagando más por cobertura.

Se supone que nosotros cubramos esos gastos regulares y predecibles y aseguremos aquellos que no tenemos los recursos para cubrirlos. Bajo esta premisa, ¿se justifica cubrir gastos regulares y predecibles como son las pastillas anticonceptivas? No.

Primero no baja los costos de las pastillas. Al contrario, las farmacéuticas no tendrán presión de producir pastillas más baratas porque el gobierno les está garantizando una demanda.

Es más, subiría los costos de salud y todos pagaríamos por eso. Las compañías de seguros pasan el costo al empleador. Como el empleador tiene el privilegio impositivo de deducir los gastos de cobertura de salud, esa subida la pone como cobertura y nos baja o no sube el ingreso. Y aquí tienes dos casos: la mayoría de los empleados pagando por una píldora que no usan, y a la vez incentivado el consumo de ella en otros sectores porque la creen gratuita. Según el mismo Centro Nacional de Estadísticas de la Salud, cerca del 18% de las mujeres entre 15 y 44 años usan píldoras. Lo que quiere decir que 82% de las demás y 100% de los hombres pagaremos por píldoras que no consumimos. ¿Es económicamente eficiente?

Los defensores dicen que al ayudar a pagar por la píldora ayudaría en la prevención y acceso a aquellos de menos ingresos. Primero, el cuidado preventivo entre los estadounidenses alcanza solo la mitad de la tasa recomendada con o sin cobertura obligatoria. Segundo, ayudar a las mujeres en los estratos más pobres es un problema de acceso no de seguro obligatorio para todos. La mayoría de ellas no trabajan con empleadores que ofrecen seguro médico o ya tienen servicios públicos que ofrecen el servicio gratuito. Además, ¿cobertura obligatoria por píldoras que cuestan entre US$9 a US$50 mensuales? ¿También vamos a hacer obligatorio pagar iPhone para bajar el estrés de los jóvenes? ¿Obligar la participación en servicios religiosos para ayudar a incrementar el capital social en las comunidades?

Hacer que todos paguemos por gastos pequeños, predecibles y variables no es económicamente viable. En la medida que sigamos confundiendo la gimnasia con la magnesia, seguiremos pagando por ineficiencias y excesos.

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