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INTERNET ECONOMY

La seguridad anda por las nubes

viernes, 20 de marzo de 2015
La República Más
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Loly Gómez

Hablamos, pues, de una red en la que cada vez más ciudadanos, empresas y administraciones públicas de todo el mundo se comunican entre sí, hacen negocios y realizan millones de transacciones de la más variada índole y criticidad. Y lo hacen en un entorno donde gana protagonismo el cloud computing o la computación en la nube, que permite alojar todos los servicios externamente en la red y, muy importante, pagar únicamente por aquello que se usa y usándolo sólo cuando se necesita.

Una de las prioridades de los jefes y gerentes de informática de las empresas para este año, y al igual que en años anteriores, está siendo la inversión en servicios en la nube. Y es perfectamente comprensible porque los beneficios de optar por trabajar con un modelo cloud son numerosos, entre ellos, la disminución de los costes fijos para la empresa, un retorno más rápido de las inversiones en tecnología, una mayor agilidad en la operatividad del negocio y una mejora en la movilidad de las fuerzas de trabajo.

La otra gran prioridad de 2015 es fundamental y tampoco es nueva, tomar todas las medidas que estén a nuestro alcance para garantizar su seguridad. En realidad, la seguridad es la principal preocupación de los gerentes que quieren implementar la nube en sus empresas y en la medida en que la soluciones en la nube son cada vez más complejas, existen más riesgos potenciales que hay que atajar. Y más allá de la repercusión económica, una empresa se juega algo mucho más importante si esto ocurre: su reputación en el mercado.

Sobre lo que se ha venido a denominar “cibercrimen”, y que muchos consideran la mayor amenaza para la seguridad de los datos de corporaciones y gobiernos, se ha debatido desde hace tiempo incluso a niveles políticos y diplomáticos. Apenas hace dos meses, el presidente Obama ha avanzado una serie de medidas de ciberseguridad, muy centradas en proteger la privacidad de los consumidores ante el creciente robo de datos personales en Internet y perseguir el cibercrimen.

Dado que la política de cada organización está ligada a la nube, cualquier usuario puede conectarse a cualquier centro de datos a través de esa nube y es crucial proteger, en primer lugar, la navegación web y los correos electrónicos, más expuestos a virus, robos de datos o suplantación de personalidad, para pasar, después, a prácticamente todas las herramientas corporativas. 

Las redes sociales son uno de los temas favoritos y que aparecen reiteradamente al entablar el debate sobre la seguridad en la red para las compañías. Y es del todo lógico si tenemos en cuenta que ya existen casi 2.100 millones de cuentas de usuario en las distintas redes sociales de las que 1.700 también se manejan desde dispositivos móviles.

Este creciente nivel de utilización de las redes sociales ha hecho a las empresas preocuparse por si sus empleados utilizan la tecnología corporativa que les facilitan para desempeñar su labor (PC, smartphone, portátiles, teléfonos móviles con acceso a internet, etc.) para conectarse también a esas redes. Además  por cómo afecta a la productividad de los empleados que incurren en esas prácticas cuando lo hacen en horario laboral, la gran mayoría de las compañías se preocupan por si esas conexiones de sus empleados a la red pueden acarrear algún riesgo para la integridad de sus datos y aplicaciones corporativas.

Las amenazas para compañías y gobiernos son muchas. Son reales y existen, no podemos negarlo. Pero no son insorteables. Cuanto antes nos centremos en que podemos resolverlas en lugar de que no podemos, será mejor para todos. En ese contexto la tecnología es un elemento clave para garantizar la seguridad. Especialmente en los entornos cloud computing. Algunos pensarán que estamos en las nubes… y es verdad, pero cada vez más seguros.

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