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INFRAESTRUCTURA

Red de vías y plantas procesadoras serán claves en la zona de la Altillanura

jueves, 28 de mayo de 2015
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Paula Delgado

Napoleón Viveros, director de la Fundación para el Desarrollo Industrial de la Altillanura (Fundallanura), asegura que el principal problema es la infraestructura básica: “vías a centros de consumo, energía eléctrica para el acondicionamiento previo y centros poblados  para albergar a las familias de los trabajadores”.

Un cálculo de la entidad revela que, tomando como base un proyecto productivo de 10.000 hectáreas de un cultivo de ciclo corto como la soya o el maíz, es necesario asumir una inversión de $7,06 millones por hectárea, donde el mayor peso corresponde a la compra de maquinaria agrícola como tractores y adecuación de tierras con una participación de 70% en conjunto.

De acuerdo con Clara Serrano, directora ejecutiva de la Asociación Empresarial para el Desarrollo de la Orinoquía (Asorinoquia), las necesidades de las subregiones del Llano y su avance es muy particular, “en la zona del Piedemonte llanero se puede decir que ha habido un gran avance, recientemente se han adjudicado varias vías por el modelo de Asociación Público Privada (APP), sin embargo, la vía solo está pavimentada hasta Puerto Gaitán”, dijo.

La Gobernación del Meta ha seguido de cerca la construcción de la vía  Puerto Gaitán - Puente Arimena, que necesitó de una inversión de $37.292 millones para pavimentar 8,1 kilómetros. Según el Instituto Nacional de Vías (Invías), el plazo de la construcción va hasta febrero de 2016.

Pero no es lo único en materia de movilidad. Serrano también insiste en la conexión de la Altillanura por medio de un corredor férreo que vaya desde Puerto Carreño hasta el Pacífico, “puesto que las necesidades de transporte son para carga, para sacar los productos que hoy se están sembrando, y este medio de movilidad es ideal por su bajo costo”.

También está el reto de la transformación, de ir más allá del eslabón primario de la cadena y apostarle a al generación de valor. Para ello los gremios han advertido la necesidad de que en la zona se construyan plantas procesadoras, una labor que se ha venido reforzando.

La empresa Bioenergy, por ejemplo, le apunta a sembrar a lo largo del año 3.000 hectáreas de caña para la producción de biocombustibles, lo que significa un crecimiento de 225% frente a 2014, cuando se cultivaron 923 hectáreas, y de 10% en la capacidad de procesamiento de la planta ubicada en Puerto López (Meta).

En cuanto a palma, solo en Casanare operan cuatro plantas extractoras que suman 99 unidades productivas y colocan en el mercado 71.900 toneladas de aceite. Lo propio sucede en el Meta con 21 plantas y empresas tan grandes como Hacienda la Cabaña.

Sin embargo, aún es necesario contar con infraestructura en subsectores como el de maíz y soya, que necesitan plantas de secado y almacenamiento.

El reto del acceso al agua
El recurso hídrico es fundamental en cualquier proyecto productivo, pero cobra especial importancia en la Altillanura, donde se viven contrastes muy altos entre temporadas secas y de lluvias. La petición de los gremios es que se construya  infraestructura de riego y drenaje en toda la región, así como reservorios de agua, solo en estos ítems mencionados se pueden necesitar más de $2 millones por hectárea.

Las opiniones

Clara Leticia Serrano
Directora ejecutiva de Asorinoquia

“Todos los cultivos deben ser transformados localmente para dejar de ser productores de materias primas y generar valor agregado y empleo”.

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