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De acuerdo con el Invima, las plantas de beneficio, desposte y desprese, juegan un papel de gran importancia dentro de la cadena, de hecho son el segundo eslabón, ya que allí es donde se da la transformación de los subproductos. “Por ser una actividad de alto riesgo sanitario requiere de una vigilancia permanente por parte del Instituto con el fin de garantizar la inocuidad”, explicó el director de Alimentos y Bebidas, Luis Eduardo Viñas.
El reto es que al tratarse de actividades dispersas en varias regiones ni siquiera se cuenta con plantas autorizadas por lo que la informalidad es la única opción.
De hecho, desde Fedegán se ha denunciado que “la informalidad y el contrabando han hecho inviable el negocio, donde a veces se trabaja a pérdidas”. Esto es reflejo de que muchos productores han optado por la ilegalidad, con procesos que no se regulan, que no pasan por cadena de frío y terminan en tiendas de barrio.
Una situación similar ha identificado Asoporcicultores, pues 60% de las plantas que operan en la actualidad están ubicadas en la zona que concentra 70% de la producción tecnificada (Antioquia, Eje Cafetero y Valle del Cauca). “Sin embargo, hay zonas importantes en condición crítica por ausencia o deficiencia de infraestructura adecuada como la Costa Atlántica, Arauca, Casanare, Norte de Santander, Nariño, Cauca, Boyacá y Cundinamarca, donde no existen plantas autorizadas o máximo hay dos, para el abastecimiento de todo el departamento”, cuenta Carlos Maya, presidente del gremio.
A pesar de que la problemática afecta el abastecimiento de algunas regiones, el Invima se ha concentrado en el fortalecimiento y mejora en el estatus sanitario, “en los próximos años esperamos lograr viabilidad desde el punto de vista sanitario, ambiental, económico y social”, dijo Viñas.
Programas para incentivar las obras en las regiones
Desde 2012 Asoporcicultores inició un programa de fortalecimiento de la infraestructura de beneficio que este año tendrá una inversión de $90.000 millones para mejoramiento de estos centros. Además, el año pasado se destinaron $182.000 millones para, además de la asesoría, realizar estudios de pre-factibilidad que conduzcan a la formulación e implementación de al menos un proyecto de planta de beneficio en Arauca, Córdoba y Caucasia.
Las opiniones
Luis Eduardo Viñas Ramos
Director de Alimentos y Bebidas del Invima
“El propósito es lograr una modernización del sistema de inspección a lo largo de la cadena de la carne para proteger al consumidor”.
Carlos Maya Calle
Gerente de Asoporcicultores
“El déficit de plantas debería verse como un problema de salud pública, pero el interés en la inversión es mínimo”.