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Con planta de US$50 millones, Tecnoglass agranda su apetito por mercados de EE.UU.

jueves, 25 de septiembre de 2014
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Germán Corcho Tróchez

Después de convertirse en la primera firma colombiana en debutar en la bolsa de valores del Nasdaq (Nueva York), el grupo Tecnoglass se ha centrado en ampliar sus instalaciones para atender los mercados estadounidenses que abrieron.

El proyecto es una nueva planta de procesamiento de vidrio, que cuesta alrededor de US$50 millones y funcionará desde el segundo semestre del próximo año. Así lo indicó Rodolfo Espinosa Meola, presidente de Energía Solar, una de las tres firmas de la holding junto con la matriz Tecnoglass y Alutions.

¿Cómo ha sido la evolución de la compañía, desde su llegada a la bolsa de valores?
Como toda compañía que aparece por primera vez en bolsa, ha sido lento, de conocimiento del mercado, pero hemos visto un comportamiento de la acción satisfactorio. Por lo general, la primera reacción es un comportamiento a la baja, pero con nosotros ha ocurrido lo contrario: hemos tenido un crecimiento lento, pero consistente. El mercado está a la espera de que se concrete la ampliación de nuestra planta. Ya las construcciones se pueden ver, van adelantadas, y esperamos a que este funcionando a más tardar en el segundo semestre del próximo año.

¿Para qué la nueva planta?
Haremos un tratamiento para fabricar el vidrio del futuro, que ya se elabora en Estados Unidos y Europa. Todos los países caminarán hacia el vidrio de baja emisividad, de control solar o de temperatura, que impide el paso del calor o el frío y permite que consumas menos energía interna. Un vidrio normal, transparente, deja pasar 80% del calor externo, el nuestro solo permitirá que pase 40%. Y el consumo de energía se reduce entre 45% y 50%.

Ya compramos un lote, se está adecuando. Son 35.000 metros cuadrados en esta planta, para un total de 100.000 metros cuadrados en nuestras instalaciones.

¿Cuánto le cuesta este proyecto al grupo?
Entre US$50 millones y US$55 millones.

Recibieron US$40 millones por acciones suyas en Nasdaq. ¿En qué los han invertido?
La intención de abrirnos a la bolsa en general fue obtener recursos frescos sin afectar nuestro nivel de endeudamiento, dineros que han sido canalizados totalmente a la ampliación y el crecimiento de nuestra compañía.

Las utilidades de los últimos dos años las destinaron a reingeniería física, ¿qué harán con las de este año?
El dinero que recibimos por la venta de acciones no completan las inversiones. Es necesario que una parte importante de nuestras utilidades del año pasado y del presente, se destinen a este proyecto, que es ambicioso. No hay en Sudamérica una planta que haga este procesamiento. Será la primera.

¿Y que qué mercados se han abierto?
Nuestro mercado más grande es el estadounidense, donde se nos han abierto las puertas en Washington, Nueva York y Baltimore. Porque en todos los otros estados donde hay código de huracán, tenemos una presencia activa, como Florida, Luisiana, Texas y Norte Carolina.

En enero anunciaron que la meta de ventas del grupo para este año es US$300 millones. ¿Cómo va ese objetivo?
Nos faltan todavía cuatro meses. Esa era una apuesta altísima porque es un crecimiento de casi 40%. En este momento estamos llegando a un crecimiento de 30% y faltan los meses más fuertes del año. La cumpliremos.

¿En qué otros negocios están basando su desarrollo?
No solo estamos en ventanería y curtain wall, sino también en clóset de vidrio y aluminio, un producto que solo vendíamos en Estados Unidos y con el que, desde hace tres años, atendemos el mercado local y Latinoamérica. El segundo más importante que hemos tenido, es una línea de ventanas económicas, Ecomax, con el que atendemos mercados de estrato 2 y 3. Tiene la ventaja sobre los otros productos de que es testeada contra lluvia. Es decir, hemos superado la posibilidad de que a estas clases se les venda vidrio crudo, que representa un alto riesgo para la familia. Toda la ventanería nuestra sale es de seguridad y templada.

Los proyectos que ‘desvelan’ al grupo
Entre los proyectos que integra con la proveeduría de ventanas en Colombia, Tecnoglass exhibe en su portafolio al edificio Tierra Firme, en Bogotá, donde funcionará el Hotel W; el edificio Elemento, de la empresa Prabyc Ingenieros, el cual le representa ingresos por $16.000 millones y está en esa misma capital; y, en la Ciudadela Empresarial Sarmiento Angulo, al edificio de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI) y al hotel Marriott, entre otros. “Por fuera del país, el más importante es el Brickell City Centre, en Miami, que solo en ventanería cuesta US$25 millones”, contó Espinosa. En la holding, Alutions se encarga de la fabricación de aluminios, Tecnoglass elabora el vidrio y Energía Solar recoge ambos producidos para hacer la ventanería.

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