MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Agregue a sus temas de interés
Colombia va a transformar su modelo económico.
La riqueza de las ciudades llegará a más ciudadanos porque el turismo interno será generalizado, el transporte público será igual al de otras metrópolis y habrá en definitiva un cambio tan grande que sólo, si hemos conocido el cambio producido en otros países podremos darnos cuenta de hasta dónde podemos llegar. El cambio llega tarde, pero llega. Ya se está produciendo, aunque todavía no lo estamos percibiendo.
Establecer las bases para un nivel de inversión sostenible de más de $20 billones anuales no es fácil, pero se está consiguiendo. La aprobación en el año 2012 de la ley de Alianzas Público Privadas, junto con su posterior reglamento, son un paso sin vuelta atrás en la consecución de este objetivo. Esta ley regula la labor de los promotores de ideas, los futuros desarrolladores de la infraestructura que pueden presentar nuevas alternativas sin riesgos para el estado. Este hecho diferenciador, de dejar la financiación y el riesgo de ejecución en cabeza de los promotores, exigirá a los mismos ejecutar la obra con la mayor celeridad posible y con la máxima calidad. Retrasos y/o mala calidad significan pérdidas financieras para el promotor, el cual debe encargarse de la operación y el mantenimiento de la infraestructura.
Así mismo la ley regula las iniciativas que el Estado saque a concurso para su ejecución, operación y mantenimiento, con total o parcial financiación pública. Sin bases claras sólo se podía avanzar de forma desordenada. Además, el nivel de conflictos derivados de una transformación nacional hubiera sido insostenible a largo plazo.
Con estos mecanismos y hablando de infraestructuras viales, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ya ha lanzado precalificaciones a concursos por más de $12 billones en lo que va de este año. Cierto es que todos estos procesos no comenzarán su ejecución física hasta el próximo año, pero una vez comiencen estamos hablando de niveles de inversión superiores a los $3 billones por año. Si la estructuración sigue realizándose al mismo ritmo, para el año 2017 estaremos hablando de inversiones de más de $10 billones anuales.
A esto tenemos que sumarle las iniciativas presentadas por las empresas privadas. Ahí la ingeniería nacional está jugando un papel decisivo por su conocimiento del país y de las necesidades de los ciudadanos. Odinsa ha presentado, en los últimos 12 meses, dos APPs sin financiación del estado a la ANI - la primera para el desarrollo del Llano y en particular de la zona urbana de Villavicencio y parte rural del Meta. La segunda comprende la construcción de una doble calzada entre Cajamarca-La Paila, conectando el interior del país en doble calzada con el Valle. Las dos suman más de $2 billones de inversión que podríamos ejecutar en menos de 3 años. A su vez se ha presentado una APP al Invías para mejorar en dos años casi 1800 kilómetros de la red nacional con una inversión cercana al billón de pesos, con un planteamiento de financiación a través del recaudo de peajes. En Barranquilla hemos presentado una APP a nivel municipal para realizar la primera autopista totalmente urbana de Colombia.
Y seguimos elaborado proyectos porque ideas y necesidades no faltan. Sabemos que otras compañías nacionales han presentado otras alternativas, siendo la suma de todas superior a la cantidad ofertada por la ANI. Y todas con financiación privada.
El proceso de transformación es imparable
La suma de proyectos públicos y privados y cómo se están desarrollando los acontecimientos hace que seamos plenamente optimistas de que el proceso de transformación ya comenzado es imparable, y en unos años tendrá unas dimensiones tales que serán una palanca para el cambio socioeconómico del país. Si en los próximos meses se consigue que los organismos departamentales y municipales se sumen a estos vientos.
