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Debido a una llamada “supertormenta” que comenzó a acercarse ayer al noreste de Estados Unidos, más de 4.000 vuelos fueron cancelados en el país ya que más de 60 aeropuertos se vieron afectados por la tormenta que los expertos aseguran podría ser la peor en los últimos cien años.
Ante el cierre del aeropuerto John F. Kennedy, la aerolínea Avianca canceló sus operaciones entre la ruta Colombia-Nueva York, para ayer viernes y hoy sábado. La aerolínea dijo que “los viajeros afectados tienen plazo de un mes a partir de la fecha, para reprogramar y efectuar su viaje vía Avianca sin pago extra”.
Fue el caso también de los aeropuertos de Boston, Nueva York y Toronto, unos de los que podrían ser más afectados por la tormenta, por lo que cancelaron ayer por la tarde todas sus operaciones.
Lo mismo sucedió con el servicio de trenes Amtrak, que suspendió sus recorridos en el corredor noreste del país.
Desde el jueves los habitantes de Nueva York hasta Maine, comenzaron a prepararse para la llegada de “Nemo”, una gran tormenta invernal que podría verter hasta 60 centímetros de nieve en lugares que no han tenido nevadas significativas en los últimos años.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, la mayor parte de la zona sur de Nueva Inglaterra iba a recibir entre 45 y 60 centímetros de nieve entre el viernes y sábado.
Es por eso que los gobernadores de Massachusetts, Rhode Island y Connecticut declararon estado de emergencia y emitieron prohibiciones sobre el tráfico en la tarde del viernes.
“Se espera que las condiciones empeoren durante la mañana del sábado, y las nevadas totales pueden acercarse a registros”, aseguró a LR uno de los voceros de la Agencia Nacional de Servicios de Clima de Estados Unidos (Noaa, por sus siglas en inglés), Duane Carpenter, explicando que por esa razón los vuelos cancelados habían aumentado en pocas horas a 4.000.
La tormenta, que algunos expertos aseguran podría ser “histórica”, llega sólo tres meses del devastador huracán Sandy, que en su paso por la costa este de Estados Unidos, dejó más de un centenar de muertos y daños por decenas de miles de millones de dólares. La tormenta, al igual que en otras ocasiones, provocó pánico en la población.
Los conductores hicieron largas filas en las estaciones de servicio para llenar sus tanques de combustible, mientras que en los supermercados vieron sus mercancías vaciadas por las personas que comenzaron desde temprano a prepararse para la tormenta.
Incluso las compañías financieras más importantes de Boston, incluyendo State Street Corp y Fidelity Investments, dijeron que muchos de sus empleados trabajaron desde sus casas.
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