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El metro de Lima vuelve a buscar pretendientes, y preferiblemente, extranjeros. Las obras para ampliar la red del subterráneo de la ciudad continúan imparables y ya se piensa en los recorridos 3 y 4, algo que despertó el interés de seis empresas británicas, según confirmó la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión).
Este organismo abona el terreno para lo que está por venir y actualmente se encuentra preparando la convocatoria para los Estudios de Pre- Inversión (que analizan el perfil y la factibilidad de los candidatos para acometer el proyecto) de las líneas 3 y 4, que atravesarán la ciudad de norte a sur y de oeste a este, respectivamente.
Pero la competencia, que se antoja apetecible si se compara el monto de la concesión de la línea 2, valorada en US$5.827 millones, podría convertirse en un infierno para las candidatas colombianas, para las que el transporte bajo tierra continúa siendo territorio inexplorado.
“En Colombia no tenemos experiencia en metros, y por lo tanto nosotros no hemos tenido como foco de interés las obras de Lima”, explica Juan Luis Aristizábal, presidente de la constructora Conconcreto, que no considera que se esté perdiendo mucho mercado puesto que el resto de oferta en la región “es amplia”.
Pero no presentarse a un concurso por no tener experiencia en obras de ese tipo, además de constituir, en palabras de Aristizábal, “un círculo vicioso”, puede estar comportando un elevado coste de oportunidad, según explica el presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem), Julián Cardona Castro.
“Es cierto que la experiencia colombiana no ha sido afortunada por elementos topográficos. Cuando se realizó el metro de Medellín la concesión la obtuvo un consorcio internacional, y en los distintos intentos por construir un metro en Bogotá, los aspirantes también fueron extranjeros. Es una oportunidad perdida”, sostiene Castro.
La mejor forma para presentarse al concurso de Lima cuando este se convoque, coinciden ambos expertos, sería a través de una sociedad joint venture con algún socio extranjero que tuviera experiencia en el sector. En el caso de las líneas 3 y 4 de Lima, el interés expresado por los británicos les convierte en candidatos interesantes.
“Si uno no tiene experiencia siempre se puede recurrir a un socio foráneo, pero lo cierto es que no nos hemos planteado hasta el momento buscar uno para competir en Lima”, reconoce Aristizábal.
El porcentaje de beneficio que obtendría una constructora colombiana en una joint venture podría llegar hasta 40% de la obra, según estimaciones de Cardona, que destaca además lo beneficioso que sería para el socio extranjero contar con una constructora nacional.
“Para una empresa internacional un compañero latinoamericano otorga mucha confianza en el proceso de adjudicación. No olvidemos que una obra de la envergadura del metro puede llegar a durar años”, recuerda Cardona, que recomienda buscar acuerdos a través de las embajadas.
Este viernes se definen propuestas para la línea 2
Continuando con el proceso de obras de la línea 2, este viernes los tres consorcios precalificados, a saber, Consorcio Nuevo Metro de Lima, Consorcio Metro Subterráneo y Consorcio Metro de Lima Línea 2, deberán entregar sus propuestas definitivas para ser sometidas a examen.
Será el último paso para los aspirantes, y el ganador de la licitación que resulte tendrá por delante el compromiso de realizar una obra valorada en US$5,827 millones y tener listo para su uso el primer tramo a partir del año 2016.
Las opiniones
Juan Luís Aristizabal
Presidente de la constructora Conconcreto
“Una buena solución para las constructoras colombianas sería buscar socios extranjeros. No obtener un proyecto por falta de experiencia en ese terreno es un círculo vicioso.”
Julián Cardona Castro
Presidente asociación colombiana de ingenieros (Aciem)
“La ingeniería colombiana tiene conocimientos, pero le falta reconocimiento internacional por haber realizado un gran proyecto. Se necesita un networking sólido para buscar socios.”
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